En la etapa última de mi travesía por esta vida, sigo sin encontrar una respuesta definitiva, y continúo, además, sin saber de qué va todo esto. Me siento como un náufrago en un mar de enigmas infinitos, donde cada ola me trae más preguntas que respuestas. La ciencia y el conocimiento me alucinan y me dejan impresionado. La realidad diaria me desconcierta, me emociona y me entristece a la vez, y los libros, bueno, me hacen ver lo poco que sé.

La célebre frase de Sócrates de “solo sé que no sé nada” no es sólo una frase; para mí es una certeza en esta montaña rusa que llamamos vida. Creo que el destino aún me tiene reservadas algunas sorpresas, pero sé que la duda siempre caminará conmigo. Por eso, me alejo cada vez más de aquellos que se creen dueños de la verdad absoluta y solo buscan imponer su voluntad a los demás.

“Reconozco mis propias limitaciones y me esfuerzo por respetar las diferencias, ya que estoy convencido de que la soberbia es el refugio de los ignorantes”.

Miguel A. López Molina

9/11/2023