A lo largo de nuestra existencia, es fácil mirar alrededor y sentir que la vida les ha dado un pase VIP a todos menos a ti. Vemos a esos que parecen tenerlo todo: éxito, fortuna y la misteriosa habilidad de conseguir mesa en DiverXo sin tener que esperar el mes de rigor. Y claro, nos preguntamos si la suerte les ha bendecido mientras a nosotros nos sacude en la cara como una bolsa vacía de El Corte Inglés, arrastrada por el viento otoñal."

Pero no, amigos, la vida no es una simple  carrera de ver quién llega primero o acumula más cosas. Cada uno corre su propio maratón, enfrentando desafíos únicos: desde la charla incómoda con el jefe, el recibo de la luz, pasar la revisión del coche o la famosa ITV de la próstata. Y aunque a veces parece que algunos van en Ferrari mientras tú corres descalzo, lo cierto es que todos tenemos nuestras oportunidades.

Ah, pero claro, hay días en que la vida se siente como un desierto sin fin, una suerte de eterno domingo por la tarde donde por no pasar, no pasa ni el tiempo. Empiezas a creer que, la oportunidad, si alguna vez existió, se perdió en correos, y lo que único que queda es esperar resignado. Pero, y aquí viene lo interesante, justo en ese tedio absoluto es cuando la vida te sorprende. Tal vez no con lo que querías, pero ¡hey!, una sorpresa es una sorpresa, ¿no?

La clave es la paciencia y la perseverancia. Las oportunidades llegan tarde o temprano, a veces llaman a la puerta, otras se cuelan como spam. No te obsesiones, lo esencial está en mantenerse atento y no distraídos mirando memes mientras ese tren llamado suerte pasa de largo.

Porque claro, quién sabe, tal vez estés a punto de tropezarte con algo extraordinario… o, con suerte, con algo que al menos te saque de la monotonía de esos días tan emocionantes como un documental sobre la migración de las ovejas. Seamos sinceros, cualquier cosa es mejor que seguir repitiendo tu vida como si fueras Bill Murray en un bucle infinito del 'Día de la Marmota'." 

Miguel Ángel López Molina

11/10/2024