Un blog de Miguel Ángel López Molina miguel@ylogica.com
“Como tú, seguiré mi camino. Mis cicatrices serán mi GPS, mis ausencias serán mi compañía y mis incertidumbres serán las estrellas que iluminen mi sendero. Tal vez algún día comprenda que la felicidad no es un destino que alcanzar, sino una forma de vivir."
Miguel A. López
“Murió feliz, con una sonrisa en los labios, tras caer exhausto por su insaciable y obsesivo afán de alcanzar la felicidad. Supongo que la felicidad también tiene su lado oscuro: puede matar por agotamiento”
Miguel A. López
Quizá seamos como ese Chis Gardner en Busca de la Felicidad, esa ilusión que nos seduce con su dulce aroma a vainilla y la promesa de una vida mejor.
Pero la felicidad, amigo mío, es una dama caprichosa. No se deja atrapar por idealismos ni falsas expectativas. Ella te guiña un ojo desde la esquina del bar, te susurra al oído mientras caminas bajo la lluvia, te regala un instante fugaz en la cima de una montaña, pero también te abandona en un instante y sin previo aviso. La felicidad no es un destino, es un viaje. Un viaje imperfecto, con curvas cerradas y baches inesperados, pero un viaje que vale la pena vivir.
¿Acaso crees que al alcanzarla no habrá dolor? ¿Que todas tus heridas sanarán al instante? ¿Que durará para siempre? Malas noticias, querido amigo. La felicidad no es un cuento de hadas. Es una mezcla agridulce de risas y lágrimas, de victorias y derrotas, de abrazos y despedidas. Es sentir el sol en tu rostro mientras te preguntas por qué el mundo está tan jodido.
La felicidad no es una foto perfecta en Instagram, ni tomar un café humeante en una taza de Mr. Wonderful con una frase motivadora. Es mirarte al espejo sin vergüenza, con tus imperfecciones y tus ausencias a cuestas. Es aceptar que la vida es injusta, pero que también hay momentos mágicos que te hacen olvidar el dolor.
La felicidad es una decisión. Es elegir vivir a pesar de las tragedias, de las decepciones y del paso inexorable del tiempo. Es arriesgarse a enamorarse, a sufrir, a reír a carcajadas y a llorar hasta que te duela el alma. Es sentir la intensidad de la vida en cada poro de tu piel.
“La felicidad es un faro intermitente en la distancia, que nos guía en un viaje sin destino”
Miguel Ángel López Molina
22/03/2024
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