Madrid en Navidad tiene un aire único, como si cada calle guardara un secreto, una historia esperando ser descubierta. Esa noche, la Puerta del Sol resplandecía con su gran árbol lleno de luces, como un faro de alegría en medio de la marea humana que iba y venía cargada de bolsas, risas y promesas. Sobre ellos, un cielo gris coqueteaba con la idea de dejar caer unos copos de nieve. 

Caminaba sin prisa, dejándome envolver por los colores y las luces que prometían una alegría que yo no terminaba de sentir.

Entonces, un halo de nostalgia me atravesó el corazón, como si el pasado hubiera decidido interceptarme. El pasado, pensé es como el cartero: siempre llama dos veces. Me quedé quieto en mitad de la acera, como si el tiempo se hubiera detenido de golpe.

 "No te gires", me dije. "No mires atrás". Porque el pasado es un vendedor tramposo: no te regala nada, solo te quita.

Respiré hondo y seguí caminando, pero algo había cambiado. Aquella noche entendí que, cuando la vida se pone seria, no lo hace para castigarte, sino para recordarte que el tiempo que te queda es un regalo. Un regalo que, como todos, está hecho para ser abierto, compartido y disfrutado.

Recordé entonces una frase que mi madre solía decirme cuando era niño: “Mira, hijo, las estrellas nunca dejan de brillar. A veces las nubes las ocultan, pero siempre están ahí, esperando que mires con atención.”

Bajo el cielo de Madrid, que seguía negándose a dejar caer la nieve, sentí que las palabras de mi madre cobraban vida. Las luces, la risa de la gente, todo parecía conspirar para devolverme algo que creí perdido: la certeza de que, en un mundo lleno de excesos, lo más valioso es precisamente aquello que no se puede comprar.

Comprendí entonces que el pasado no es un buen lugar para quedarse a vivir, y que el tiempo no solo te quita cosas; a veces, si se lo permites, te devuelve algo aún mejor: una razón para seguir adelante.

Y pensé , casi en un susurro, para mí mismo: "Si supiera una frase genial que diera sentido a la Navidad, la repetiría a quienes creen que el espíritu navideño se quedó dormido en el pasado."

¡FELIZ NAVIDAD!

Miguel Angel López Molina

20/12/2024