Todo lo que narro es fruto de mi fantasía. Ni el escenario ni los hechos tienen ningún parecido con la realidad.

Madrid a 26/06/2023. Lunes 9:30 de la mañana

En una sala del Juzgado de lo Penal de Madrid en la calle Albarracín, 33 en el distrito de Ciudad Lineal un abogado defensor se dirige al jurado con pasión y vehemencia.]

ABOGADO: Señoras y señores del jurado, estamos ante un caso de robo. Un robo masivo, sistemático y descarado. Un robo que afecta a millones de personas inocentes que confiaron en la tecnología para mejorar sus vidas. Un robo que ha sido perpetrado por unas empresas sin escrúpulos que se han aprovechado del vacío legal y de la ignorancia de sus víctimas.

[Señala con el dedo a los acusados, representantes de varias empresas tecnológicas y aplicaciones móviles.]

ABOGADO: ¡Ahí los tienen! ¡Ellos son los ladrones de datos!

Los que se han dedicado a saquear la información personal de sus usuarios con la complicidad de los sensores del smartphone. Los que han impuesto unos acuerdos de términos de servicio que eran auténticas trampas, unas trampas que nadie evitaba porque, simplemente, nadie leía. Los que se han enriquecido vendiendo todo tipo de información, incluso la más íntima y protegida.

[Se acerca al jurado y los mira a los ojos.]

ABOGADO: ¡Esto tiene que acabar!

Esto es una violación de los derechos fundamentales de las personas. Esto es una estafa, una extorsión, una usurpación. Del mismo modo que un contrato bancario sobre una inversión o sobre una hipoteca se anula si se demuestra que el usuario no sabía lo que firmaba, el que un acuerdo de términos de servicio desemboque en la venta ilimitada de la información personal del usuario sin que este lo esperase… debería ser totalmente ilegal.

[Alza la voz y gesticula con fuerza.]

ABOGADO: Que ese cambio del pacto social que regía el uso de datos personales se produjese a hurtadillas y generase la plaga de irresponsables ladrones que hoy en día trafican con todos nuestros datos es algo que hay que corregir urgentemente. Tenemos que invertir la legislación de privacidad para que diga exactamente lo contrario a lo que dice ahora: que todo dato personal que el usuario haya generado sea suyo y solo suyo, y que no pueda ser usado ni vendido para ningún fin que no sea el especificado en la propia aplicación, salvo por orden judicial.

[Se dirige al juez con respeto.]

ABOGADO: Señor juez, le pido que haga justicia. Que condene a estos delincuentes a devolver todo lo robado, a indemnizar a sus víctimas y a cesar en su actividad ilegal. Que siente un precedente para proteger a los ciudadanos de estos abusos. Que haga valer el derecho a la privacidad, a la intimidad, a la dignidad.

[Se vuelve al jurado con una mirada suplicante.]

ABOGADO: Señoras y señores del jurado, les pido que me ayuden. Que me ayuden a defender a los afectados por este robo. Que me ayuden a defender sus derechos. Que me ayuden a defender su libertad.

[Mira al público con determinación.]

ABOGADO: Porque el problema no está en la tecnología en sí, sino en el uso indiscriminado e indebido que de su uso hacen determinados grupos o élites. Porque los smartphones llegaron como una lluvia de estrellas, iluminando el cielo de la tecnología. Pero bajo ese brillo, se escondía una sombra: la de las aplicaciones que nos roban los datos.

[Se queda en silencio unos segundos y luego concluye.]

ABOGADO: No dejemos que esa sombra nos oscurezca el futuro.

Madrid 23/06/2023

M.A.López Molina