Un blog de Miguel Ángel López Molina miguel@ylogica.com
La vida nos enseña,
como ese viejo maestro
que golpea sin piedad,
con mano dura,
hasta que aprendas,
hasta que sangres,
hasta que duela.
Así es la vida,
así se graba,
en la carne herida,
en la memoria agrietada.
La vida no concede,
no permite tregua;
cada paso que damos
es lección insaciable,
un susurro incansable
de un fin inevitable.
Lo bello de la vida,
tan frágil y huidiza
como el soplo tibio
de aquello que amamos
y, sin saber, perdimos.
Lo que abrazamos con ansia,
lo que el agua arrebató,
la alegría que se fue
y el dolor que quedó.
Porque en cada herida,
en cada grieta abierta,
se esconde una certeza,
una enseñanza viva,
disfrazada de ruina.
de amor o de pena,
de la fría nostalgia
de aquello que con fervor
alguna vez fue nuestro.
Así nos instruye la vida,
nos pide en cada instante
saborearla sin prisa,
sin dejar un suspiro,
pues en cada comienzo,
se oculta un inevitable final,
en cada paso breve,
la sombra de la eternidad
Miguel A. López Molina
08/11/2024
© Derechos de autor. Todos los derechos reservados.
Necesitamos su consentimiento para cargar las traducciones
Utilizamos un servicio de terceros para traducir el contenido del sitio web que puede recopilar datos sobre su actividad. Por favor revise los detalles en la política de privacidad y acepte el servicio para ver las traducciones.