Un blog de Miguel Ángel López Molina                                                                                                                   miguel@ylogica.com  

 

ANTES QUE NADA, HAY QUE VIVIR

Nunca dejes de confiar en ti

Todo lo que te rodea y que llamas vida fue hecho por gente que no era más inteligente que tú, y lo puedes cambiar, puedes influenciar, puedes construir tus propias cosas que otra gente pueda usar.

Todos tenemos la capacidad de poder hacer grandes cosas, no debemos poner límites a nuestra imaginación.

 

 

 

 

      

En esta página he hecho una versión reducida de este libro,  para los que no podáis o no queráis descargároslo en PDF o WORD. Lógicamente y de forma intencionada he quitado texto e imágenes que en algún momento pueden  quitar sentido al contexto general, pero lo he dado por bueno en aras de quienes deseen leerlo a través del móvil.

Pido disculpas de antemano por cualquier inconveniente causado por este resumen, pero ya sabéis que lo tenéis completo en la web. Muchas gracias a todo aquel que haya “osado” llegar hasta aquí.

Miguel

                                                                                                                                                                     

                                                         INDICE

Introducción 

  1. Somos responsables de nuestro tiempo

 

  1. Encuentra el sentido de la vida 
  2. Ama tu destino 
  3. Aprende de las adversidades 
  4. Juega bien tus cartas/Resiliencia 
  5. Cómo mejorar la atención 

Habla solo para mejorar el silencio

  1. El Ajedrez como enseñanza de vida 
  2. De cómo aprender y mejorar/ Aprende de los mejores 
  3. Cómo mejorar la actitud/ Autorresponsabilidad 
  4. Menos quejarse y más soluciones  
  5. Tus valores te guían  
  6. La felicidad y la buena vida 
  7. Doce claves para mejorar nuestra vida  
  8. La certeza de no ser eternos  
  9. Ana: una lección de vida  

Relato basado en un hecho real

  1. Confía en ti. Conclusiones  

Decálogo

                                                                                                                                                                                                                                                        

 

                                               Introducción

Cuando decidí escribir mis reflexiones, lo hice porque sentía una necesidad de compartir mi experiencia y proporcionar un punto de apoyo para aquellos que intentan superar los desafíos de la vida. Entiendo que hay muchas maneras de interpretar y comprender la vida, y mi objetivo no es imponer mi visión a los demás. Cada uno debe encontrar su propio camino y su propia verdad. Sin embargo, hay un pensamiento que se ha convertido en mi mantra: "Nunca dejes de confiar en ti". Creo que confiar en uno mismo es la clave para lograr el éxito en cualquier ámbito de la vida.

Steve Jobs dijo una vez que no se puede conectar los puntos mirando hacia adelante, sino que solo se pueden conectar mirando hacia atrás. Esto significa que necesitamos entender nuestra historia para poder determinar hacia dónde queremos ir. Es importante recordar de dónde venimos y aprender de nuestro pasado para tener una visión más clara del futuro.

Dediqué tiempo a escribir estas reflexiones porque valoro el tiempo como un recurso valioso e irreemplazable. A menudo desperdiciamos el tiempo en cosas sin importancia, pero este tiempo que he dedicado a escribir es tiempo bien invertido. Las horas han pasado volando mientras escribía, lo que demuestra lo mucho que disfruto haciéndolo.

Sé que cuando tomamos una decisión, enfrentamos obstáculos en el camino. Pero ya sé que los obstáculos son inevitables, por lo que no me sorprendo cuando aparecen. No retrocederé, sino que seguiré adelante, confiando en mí mismo para superar cualquier obstáculo que se presente.

 

Por lo demás, y desde ahora: Mi tiempo es tuyo

“En mi memoria, aquellos que me enseñaron que caer es solo una excusa para levantarse, aquellos que me dieron todo, cuando solo tenían el hambre que llevarse a la boca. Os debo tanto…”

López Molina

 

                                                                   1

        SOMOS RESPONSABLES DE NUESTRO TIEMPO

 

“Siempre curioso y a veces cruel, el tiempo, ese que te ofrece dudas cuando no desearías tenerlas y certezas cuando ya no se las pides”

López Molina

Medir si estamos empleando nuestro tiempo de forma adecuada es una tarea subjetiva, ya que depende de cada persona y de sus objetivos y valores individuales. Para algunos, pasar tiempo con su familia es lo más importante, mientras que para otros, dedicar horas al trabajo es lo que les da satisfacción.

Por otro lado, no se trata solo de medir la cantidad de tiempo que dedicamos a una actividad, sino también la calidad del tiempo que invertimos. Podemos pasar horas trabajando en algo que no nos gusta y sentir que hemos perdido el tiempo, o podemos dedicar unos pocos minutos a una actividad que nos apasiona y sentir que hemos aprovechado el tiempo al máximo.

En cuanto a si los hiperactivos disfrutan más de su tiempo que los sedentarios, nuevamente depende de cada persona. Algunos pueden encontrar la actividad constante estimulante y emocionante, mientras que otros pueden preferir la tranquilidad y la paz de la inactividad. Lo importante es encontrar un equilibrio que funcione para cada uno y que permita sentirse satisfecho con el tiempo que se está empleando.

 

                                                     2.

 

                 ENCUENTRA EL SENTIDO DE LA VIDA

 

“Parece que al final, quien decide nuestra vida es el destino, aunque, no vendría nada mal, que de vez en cuando, le echáramos una mano para que se cumpla”

López Molina

 

Pero para que esta pregunta comience a tener respuestas, tenemos que hacer un ejercicio de responsabilidad, de compromiso y de trabajo.

 

  1. Responsabilidad. Tienes que estar dispuesto a creer firmemente que todo lo que te ha sucedido y ha de suceder, es responsabilidad tuya, aunque haya cosas que no dependan de ti y situaciones no buscadas que condicionan tu forma de actuar. Usa las herramientas que la vida te da: minimiza los daños, intenta hacerlo de otra manera, asume las consecuencias de tus actos o de los demás e interioriza la enseñanza que de ellos se deriven. Es tu obligación aprender. Hazlo sin machacarte: eres tu mejor amigo.

 

  1. Compromiso. El deber para contigo mismo es el primer y mayor de tus problemas a resolver. El intentar mejorar cada día, el ser mejor persona, el escuchar a los demás, amar lo que haces y estar orgulloso de ti mismo, el ser feliz… es un reto y un compromiso ineludible que has de marcar en negrita en tu hoja de ruta.

 

  1. Trabajo. Lo que consigas no es gratis; requiere esfuerzo, dedicación, humildad y reconocer que muchas de las cosas que hagas, no tendrán reconocimiento a corto plazo. La vida es una maratón que gana no sólo quien llega el primero, sino quien consigue llegar. No valen atajos, no valen esprints; solo el entrenamiento, la perseverancia, la voluntad y el sufrimiento hacen que llegues a la meta. No importa el tiempo empleado, solo piensa que merece la pena llegar.  

 

“No es lo que tenemos, sino lo que disfrutamos lo que constituye nuestra abundancia”

Epicuro

 

2.2. LUCHA PARA NO SER UNA MARIONETA

        VIVE EL PRESENTE CON DIGNIDAD                         

La clave está en vivir en el presente, en disfrutar de cada instante, de cada paso que damos en nuestro camino. En el fondo, lo que realmente importa es cómo vivimos el camino, no tanto dónde nos lleve. Es importante aprender a disfrutar de las pequeñas cosas, de los momentos cotidianos, de las personas que tenemos a nuestro alrededor y que nos acompañan en nuestro camino. La vida es un regalo, una oportunidad que se nos brinda para vivir, para aprender, para amar. No desperdiciemos nuestro tiempo y energía preocupándonos por lo que ha de venir, centrémonos en lo que tenemos ahora mismo y en lo que podemos hacer hoy para construir el futuro que deseamos. Aprendamos a valorar el presente y a disfrutar de cada paso que damos en nuestro camino, porque es en ese camino donde se encuentra la verdadera felicidad.

Somos parte de una sociedad en la que todo sucede vertiginosamente; una sociedad en la que todos deseamos obtener resultados en el menor tiempo posible. Nos olvidamos de que no todo se puede conseguir de manera inmediata y la consecuencia es, que si esto no sucede, nos produce ansiedad, inseguridad y frustración.

 Concédete un tiempo y céntrate para asegurarte que los pasos que das en el camino vayan en la dirección correcta.

 

Séneca, en una de sus cartas a Lucilio y refiriéndose a un párrafo que había escrito antes en el que expresaba cómo “el temor sigue a la esperanza” escribe: “La causa principal de esos dos sentimientos es que no sabemos acomodarnos a las circunstancias presentes, sino que permitimos el pensamiento hacia delante, a la idea de un futuro remoto. Así es como la previsión, bien supremo de la naturaleza humana, se torna en mal.

Las fieras huyen de los peligros que ven, y cuando han huido están tranquilas; nosotros nos atormentamos por el futuro y el pasado. Muchos de nuestros bienes nos dañan, ya que la memoria nos presenta el tormento del miedo y la previsión la anticipa”

Estaréis pensando en qué podemos hacer para compaginar todos estos estímulos y dificultades e intentar mantener, a la vez, una vida mucho más acorde con nuestros valores y principios personales. Lo cierto es que esto es algo a lo que todos aspiramos, pero que hoy en día, resulta extremadamente difícil de conseguir.

 

“Si defines el problema correctamente, casi tienes la solución. La pregunta es tan importante como la respuesta, debes conocer bien el problema para poder encontrar una solución factible”

Steve Jobs

 

Sin duda, uno de los mayores condicionantes para vivir la vida con una cierta dignidad y libertad de elección, es el dinero. Nos condiciona, nos hace más fuertes o vulnerables, dependiendo de lo que dispongas y del uso que hagas de él.

El dinero como estimulo: ¿solución o problema?

El tener más dinero no nos hace menos manipulables, ni más dignos, ni más inteligentes. Siempre habrá alguien que tenga más poder y más dinero que tú.

Todos dependemos del dinero y sabemos cómo puede llegar a condicionarnos en nuestra forma de vivir y entender la vida.

Me permito hacer una pequeña reflexión sobre poseer más o menos dinero, y de cómo no es más digno quien más dinero tiene. Un pensamiento que como siempre no pretende ser algo indiscutible o dogmático. Simplemente es una forma de entender la realidad.

En una ocasión, me enteré de un hecho que me llevó a reflexionar sobre la dignidad y el poder. Una persona con un rango jerárquico superior al mío en la empresa donde trabajaba solía pedir dinero a los colaboradores de menor nivel, jóvenes y con recursos escasos. Esta persona recibía unos ingresos anuales muy elevados, mucho más altos que los míos y mucho más altos que los de aquellos a quienes pedía dinero.

Me pareció una situación lamentable, ya que esta persona había perdido no solo el dinero, sino también la dignidad. Las bebidas, el juego y otras "diversiones" habían hecho estragos en su vida y en su capacidad de controlar sus propias acciones.

Esto me hizo pensar en la importancia de mantener nuestra dignidad y autocontrol, especialmente cuando tenemos poder y rango en cualquier ámbito. La tentación de abusar de nuestra posición y de aquellos que están en posiciones más bajas es fuerte, pero es importante recordar que el verdadero poder y liderazgo se basa en la integridad y la honestidad. La verdadera grandeza no está en tener más, sino en ser más y actuar con respeto y responsabilidad hacia los demás.

 

Esto es tan solo un ejemplo y no soy yo quien juzgará a nadie, pero lo cierto es que la realidad es a veces tozuda y brutal. Y es la que es.

En cualquier caso, debemos evitar caer en lo que yo defino como “el síndrome del eternoin satisfecho” o también el del “hedonista material crónico donde la felicidad sólo se entiende con la consecución material de cosas.

No olvidemos que el dinero puede comprar cualquier cosa material que deseemos, pero no puede comprar la honradez, la dignidad, el respeto, la salud o el amor. Debemos entender el valor de cada euro que ganamos honradamente y tratar de vivir la vida con ilusión y dignidad. 

“No eches a perder lo que tienes deseando lo que no tienes; recuerda que lo que tienes ahora fue una vez cosas que solo deseabas”.

Epicuro

“Debemos meditar, por tanto, sobre las cosas que nos reportan felicidad, porque, si disfrutamos de ella, lo poseemos todo y, si nos falta, hacemos todo lo posible para obtenerla”.

Epicuro

“Nada es gratuito: Piensan por ti y subvencionan tu libertad, ¿Qué más puedes pedir?”

López Molina

                                         3.

 

                                                AMA TU DESTINO

 

  1. ACTITUD Y FILOSOFIA ANTE LA VIDA

La vida nos presenta desafíos constantemente y parece que nunca acabará de poner a prueba nuestras habilidades para enfrentar las situaciones límite. A pesar de esto, es importante mantener una actitud positiva y tener una filosofía de vida que nos permita superar los obstáculos y crecer como personas.

A veces nos encontramos en situaciones difíciles que parecen nunca tener fin. Pero estas situaciones son como la salsa de la vida, le dan sabor y hacen que nuestro camino sea más interesante. A través de estas dificultades aprendemos a valorar lo que tenemos y a ser más fuertes.

Lo importante es no perder la esperanza y tener la seguridad de que, con perseverancia, podemos superar cualquier adversidad. Al final, estas situaciones nos hacen más sabios y nos ayudan a desarrollar nuestra capacidad de resiliencia, lo que nos permite enfrentar nuevos desafíos con mayor facilidad.

 

A todos nos han hecho la típica pregunta de qué cambiarias de tu vida si pudieras viajar al pasado. La respuesta de Nietzsche sería –“nada”. Si le dieran la oportunidad de repetir los sucesos eternamente, cada una de las veces, elegiría lo que le había sucedido. Existe una idea por la cual El Destino tiene un plan prefijado y no se puede cambiar. Nada ni nadie escapa de sus manos. Ir en contra del Destino es como nadar a contracorriente. Tarde o temprano, te acabará arrastrando.

«No busques que los acontecimientos ocurran como tú deseas, deja que sucedan como suceden, y todo te irá bien.»

Epicteto.

Entonces: ¿es el destino el que guía nuestro camino? ¿podemos hacer algo por cambiarlo?

No sabemos cuál será nuestro destino. Habrá sucesos que podrán modificarlo y en los que tú no puedes influir; concentrémonos pues, en poner lo mejor de nosotros en todo lo que vayamos a hacer, obviando todo aquello que, aunque pueda influirnos, no podemos controlar. 

Sirva de ejemplo:

El arquero entrenado perfecciona la postura, la fuerza, la respiración, la tensión de la cuerda…de eso depende un buen tiro, pero una vez que la flecha sale del arco puede haber otros factores como sería una ráfaga de viento que influyan en la trayectoria de la saeta hacia el centro de la diana. Pero eso ya no depende de él.

“La flecha no siempre encontrará la marca deseada”

Horacio

“La flecha del destino, cuando se espera, viaja lenta”

Dante Alighieri

Las dianas parecen más grandes una vez que lanzas la flecha y compruebas que has acertado”

López Molina

 

4.

                APRENDER DE LAS ADVERSIDADES

Cuando enfrentamos adversidades, es natural sentir miedo, frustración y tristeza. Pero debemos tener en cuenta que estas situaciones también pueden ser una oportunidad para aprender y crecer. En lugar de ver las adversidades como algo negativo, podemos verlas como una escuela de aprendizaje. De esta forma, podemos cambiar nuestra actitud y utilizar la experiencia para mejorar y fortalecernos. Es cierto que la vida nos puede llevar al límite una y otra vez, pero también es cierto que tenemos la capacidad de superar cualquier obstáculo. Debemos recordar que somos nuestros mejores aliados en la lucha contra las adversidades. Con determinación y las herramientas adecuadas, podemos vencer los problemas y salir fortalecidos. Por lo tanto, en lugar de dejarnos vencer por las dificultades, debemos enfrentarlas con una actitud positiva y el convencimiento de que podemos superarlas.

4.1 LA ADVERSIDAD, MEJOR COMO UN RETO“Por eso cuando los que tienen experiencia en la guerra se desplazan, no cometen errores; cuando actúan, sus recursos son ilimitados”

Sun Tzu “El arte de la guerra”

 

4.3 LAS EMOCIONES. – UN BREVE APUNTE-

Las emociones vs las adversidades

Emociones, esas inseparables compañeras de viaje que tantas veces nos perturban, otras tantas remueven nuestros sentimientos más profundos, y que en innumerables ocasiones nos traicionan. 

Cataratas de sentimientos y pasiones recorren nuestro cuerpo y caen como una cascada de imparable fuerza, al rio continuo de nuestra vida, donde fluyen, vigorosas pero tranquilas, en busca del siguiente salto.

Sé que la vida, a veces, puede parecer muy complicada, pero si un día dejamos de emocionarnos, ya no deberíamos llamarla vida. 

No hay por qué no llorar cuando algo nos conmueve y la tristeza se apodera de nosotros, sin embargo, hay que evitar que esa misma tristeza acampe en nosotros de forma permanente y llegue a causarnos una depresión.

Es bueno tener miedo cuando veo o intuyo el peligro, se llama también instinto de supervivencia; pero debemos evitar que ese miedo nos paralice y nos impida ver que todo es pasajero y que existen soluciones.

Es bueno reflexionar y planificar el futuro, pero no hasta el punto de mantenernos en un estado de ansiedad continua.

Enfadarnos y llenarnos de ira por algo que consideramos una injusticia es humano y saludable, aunque no hasta el punto de no saber controlar nuestra respuesta ante esa real o supuesta arbitrariedad, sin reflexionar lo suficiente en si realmente es tal como la percibimos.

No queremos odiar y odiamos

No queremos culpar y culpamos. No queremos culparnos y nos culpamos

Queremos pensar o contestar lo que la razón nos recomienda que hagamos, pero inmediatamente después, hacemos o decimos lo contrario.

Podemos amar, sentir alegría, seguridad e inseguridad ante la vida, vértigo y curiosidad ante lo desconocido. Eso nos mantiene vivos.

Las emociones son imprescindibles e impredecibles, forman parte de nuestro carácter y personalidad. Y son tan nuestras que, aunque las podamos llegar a compartir,  no debemos dejar a nadie que las haga suyas.

Es evidente que no son fáciles de gestionar; aprender a hacerlo de forma adecuada daría para para mucho más que estas pocas palabras. Quizás lo haga más adelante, de momento… sigamos emocionándonos con ellas.

 

Debemos saber identificar las emociones negativas y conseguir minimizar sus “efectos colaterales” en la medida nos sea posible

 

                                                           5.

 

                DE COMO JUGAR BIEN TUS CARTAS. RESILIENCIA

La resiliencia es una cualidad que nos permite afrontar las dificultades y superarlas con éxito. A menudo se asocia con la capacidad de adaptación ante situaciones adversas, pero también implica un aspecto emocional que nos permite mantener una actitud positiva ante la vida.

Personalmente, puedo decir que he vivido situaciones en las que la resiliencia me hubiera ayudado a sobrellevarlas de una forma más efectiva y saludable. En momentos de pérdida, de fracaso o de desafíos inesperados, a menudo nos sentimos abrumados y sin recursos para enfrentar la situación. En estos casos, la resiliencia nos brinda una herramienta fundamental para no desfallecer, para seguir adelante, para buscar alternativas y encontrar soluciones.

Pero  ¿Cómo se puede desarrollar la resiliencia? No es algo innato, sino que se puede trabajar y mejorar a lo largo de la vida. Algunos de los aspectos que favorecen su desarrollo son la autoestima, la confianza en uno mismo, la capacidad de establecer relaciones sociales y el optimismo. La resiliencia no significa ser invulnerable, sino tener la capacidad de recuperarse de las dificultades, aprender de ellas y seguir adelante.

Al menos, si conocer y practicar la resiliencia no nos sirve para derribar obstáculos, sí que nos ayudará a superarlos sin tanto desgaste.

 

 

5.1. UNA RESILIENCIA DE BARRIO

Nací y crecí en Vallecas, en una casa de esos llamados “barrios del barro”. Allí, donde la palabra resiliencia era de obligado cumplimiento: o te adaptabas y sacabas provecho de lo que la vida te ofrecía, o estabas predestinado a acabar como acabaron muchos conocidos y algunos amigos, o sea, mal.

Por supuesto, no fui el único “resiliente”. 

El éxodo masivo de las zonas rurales hacia las grandes ciudades marcó las cuatro décadas de posguerra. Fueron muchos los barrios obreros de casas bajas construidas literalmente a mano, por lo general durante la noche, porque con eso evitaban que fueran derribadas por las autoridades a la mañana siguiente.

Extremeños, castellanos o andaluces, (mis padres eran de La Carolina, Jaén) dejaron todo atrás, en busca de la oportunidad que significaba poder encontrar un trabajo que les permitiera “sacar adelante” a su familia.

Los grandes núcleos urbanos necesitaban mano de obra barata para su desarrollo, pero no se planteaban, o simplemente, carecían de la posibilidad de dar viviendas medianamente dignas y asequibles a todos los que llegaban.

Dada esa coyuntura, no había muchas oportunidades para los que allí crecíamos, pero lo que sí teníamos en abundancia era algo con lo que habían venido cargados nuestros padres: valores, dignidad y ganas de mejorar.

“Éramos jóvenes y la vida aún estaba por estrenar. Recuerdo el olor a jabón de frotar de esa ropa tendida al sol de la calle como humildes banderas de barrio.

Os aseguro que, grabadas con tinta indeleble, en aquellas banderas estaban la fe y la esperanza en un futuro mejor”

López Molina

Esta fue, sin saberlo, la primera enseñanza que me ofreció, y gratis, la resiliencia:  las dificultades existen, no podemos evitar que nos afecten, pero, una vez que logras superarlas, sales fortalecido”.

“Guardo de aquella adversidad un recuerdo remoto, confuso y agradable, como se recuerdan las cuatro notas más pegadizas de una melodía, el pájaro rezagado de una bandada de estorninos o el mohín de los remos en el agua”

J.L. Alvite

 

5.2. EXPERIENCIA PERSONAL -1-

No creo que la resiliencia sea algo extraordinario, al contrario, creo que todos nacemos con un pack de supervivencia que incluye una buena dosis de superación ante las adversidades. Ser resiliente no significa dejar de experimentar angustia y dificultad ante los tropiezos y calamidades de la vida. De hecho, el camino para lograr objetivos está lleno de obstáculos y aprendizajes que alteran sobremanera nuestro estado emocional.

Tampoco creo que la resiliencia sea algo que se tenga o no se tenga. La experiencia me ha enseñado que se aprende, y que también se desarrolla en función de lo que decidamos y trabajemos con ella.

El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional

Mi experiencia.

En mi memoria descansa uno de esos hitos que marcan una carrera profesional. Tiempo después de haber ascendido de forma meteórica en la empresa donde trabajaba, me encontraba, por así decirlo, en un” periodo valle” en mi trayectoria laboral, lo que en la práctica suponía un parón o estancamiento que conjeturaba una difícil solución. Era consciente de haber llegado en gran medida a esa situación, por discrepancias con la dirección de la empresa; es cierto que no eran profundas ni insalvables, pero existía una evidente disparidad de criterios que llegaron a ser tan notorias como para condenarme a un cierto ostracismo.

En un determinado momento fui llamado por la junta directiva. La llamada y la reunión a la que estaba convocado era para comunicarme un traslado de centro. Dicha “propuesta”, fue adornada con un sinfín de buenas palabras y “promesas” de un futuro mejor. Tras una ardua conversación y a su pesar,  accedieron a mi ruego de dar un tiempo para poder pensarlo. Tenía un plazo de respuesta: 24 horas. Ni que decir tiene que solo esperaban y admitían una respuesta por mi parte.

Mi reflexión sobre aquella toma de decisión no admitía demoras.

En mi columna del debe más o menos la situación sería la siguiente: 

.           Igual salario.

.           Más responsabilidad (llevaría más secciones). Más trabajo

.           Más distancia. Más gasto (gasolina, comida, desgaste de coche).

.           Menos tiempo libre.

En la columna de haber, no recuerdo haber puesto nada.

En aquel momento, recuerdo perfectamente de estar casi convencido que la mejor opción sería irme de la empresa. Todo eran inconvenientes. De ninguna manera lo veía como una oportunidad, lo sentía como un obstáculo casi insalvable.

Me costó mucho pensar razonablemente. Las emociones estaban a flor de piel y no permitían que la razón y la lógica mostraran su opinión. No obstante, una vez algo más sereno, pensé en lo razonable de dar una oportunidad al destino. No debía dejar cerrada una puerta sin conocer que había tras ella.

Mi respuesta fue afirmativa a ese traslado.

Resulta evidente que el tiempo relativiza todo. Doy por seguro que de haber afrontado de otra manera esa situación, aun siendo el resultado el mismo, mi ansiedad y mi sufrimiento, habrían sido distintos.

Con el tiempo, esa puerta abierta, no hizo más que confirmar todas las cosas que había reflejado en mi columna del debe, pero también fui descubriendo poco a poco y con esfuerzo, que mi columna del haber se iba llenando de palabras que no solo igualaron, sino que compensaron con creces la decisión que tomé. Para mí, en aquel momento,  era una situación límite y…me sobrepuse a ella.

Saber ver el verdadero alcance de un obstáculo que se interpone en tu camino, cuál sería la mejor manera de afrontarlo, -si es que existe la posibilidad- y en lugar de sufrir por tenerlo enfrente, intentar aprender y fortalecerse para futuros obstáculos, son los principios de la resiliencia.

Por desgracia, algunas veces nos resulta difícil aplicar esos principios, otras no logramos ver nada que nos infunda algo de optimismo y otras, no sabemos afrontar los retos terminando por hacer del obstáculo un muro infranqueable.

El pensamiento se modifica según vamos aprendiendo y experimentando con el tiempo. El temperamento tiene un componente genético que lo hace más difícil de cambiar o modificar, pero sabemos que se puede moldear. Es lo que, en gran medida, define tu personalidad, pero en determinadas situaciones, puede jugarte malas pasadas. Un temperamento colérico o melancólico, pueden ser enemigos de la resiliencia. Aprender a moldearlo puede significar un punto de vista diferente que relativice un problema o lo haga ver desde otro punto de vista.

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5.3. LA RESILIENCIA EN LAS EMPRESAS 

¿Faltan reflejos y resiliencia en las empresas? 

Comienzo diciendo una obviedad: las empresas, da igual el tamaño que tengan, están formadas por personas, y estas influyen, lógicamente, en su cultura, funcionamiento y decisiones.

Aunque las directrices y decisiones importantes se adopten de forma colegiada en los consejos u órganos que correspondan, siempre estarán mediatizadas por la voluntad y capacidad de sus líderes en gestionar recursos y controlar sus emociones y sentimientos.

La facultad de resiliencia de las empresas también es a menudo puesta a prueba con el transcurso del tiempo

Con el paso del tiempo, la facultad de resiliencia de las empresas es también, de forma muy frecuente, puesta a prueba. Infinidad de situaciones externas e internas, dificultan la buena marcha de estas. Saber gestionar los recursos humanos en épocas difíciles son un punto de inflexión y estrés que cuesta superar de forma no traumática. Al final, si se han de tomar determinadas decisiones se debería de hacer siendo verdaderamente conscientes que a quien afectan son personas y no números, no deben de verse, ni mucho menos, como un lastre que soltar.

La experiencia me ha demostrado que la religión de las empresas es la novedad: el nuevo siempre tiene razón. El joven, el recién llegado que inyecta sangre nueva en la estructura, se convierte en un bien codiciado para unas empresas, aterrorizadas por el hecho de volverse obsoletas, anticuadas e improductivas. Quizás esto sólo sea un reflejo de la sociedad en su conjunto, donde se nos presenta al individuo como un ente joven, perpetuamente fresco y en un estado de nirvana permanente, con un inmejorable rendimiento y capaz de mostrarnos el camino correcto en cualquier momento.

Según debería ser:

Una empresa resiliente es aquella capaz de absorber y adaptarse con flexibilidad a los cambios profundos y rupturas que sobrevengan, ya sea de índole externo o interno, sin que se vea mermada su capacidad de ser rentable y llegue a conservar, en gran medida, los valores que la han hecho productiva, rentable y duradera.

Lo que es, según mi experiencia:

Las empresas suelen tomar decisiones muy a corto plazo, queriendo volver de forma inmediata a la rentabilidad perdida y tomando siempre decisiones muy parecidas entre sí. Si vamos a lo “fácil” ya sabemos de dónde sacar una rentabilidad inmediata.

Parece ser que hoy en día, el “ciclo de la vida” de los trabajadores es como el de los productos de consumo, más bien breve. La nueva mercancía para consumir pasa por un lanzamiento meteórico con publicidad, marketing, etc. Hasta que alcanza su madurez como producto y termina con su posterior sustitución por uno nuevo que cumpla con las nuevas expectativas del mercado. 

Si hacemos un símil y realizamos una proyección actual, quizá algo ventajista por mi parte, de la situación real de los trabadores (da igual de qué nivel o rango); estos pasan de una ascensión” hasta los treinta y tantos (a veces, algo más), hasta la “decadencia (a partir de los cuarenta y cinco). Comprobamos como se puede ir del paraíso al infierno (sin pasar siquiera por el purgatorio) con una simple tachadura del jefe de recursos humanos, o con una decisión más o menos “concertada” del comité de “sabios directivos”.

“Si no esperas nada de nadie, difícilmente te sentirás defraudado”

López Molina

5.4. EXPERIENCIA PERSONAL -2-

Años más tarde… (más contenido)

 

En la vida, cuando algo es trascendente o nos importa de verdad y sentimos miedo al vacío, al cambio o al futuro, hemos de confiar en que, cuando avancemos, a pesar de nuestros miedos, se desplegaran todos nuestros sentidos. Las ganas de salir adelante, hará el resto.

 

 

 

                                                            6.

 

                                    DE MEJORAR LA ATENCIÓN. 

                      HABLA SOLO PARA MEJORAR EL SILENCIO

6.1 EL CAOS PERMANENTE

Es cierto que, a pesar de que hay aspectos universales del ser humano, cada época ha tenido su propia forma de entender el mundo y de relacionarse con él. Las condiciones políticas, económicas, culturales y tecnológicas en las que se vive influyen de manera significativa en la mentalidad y en la forma de vida de las personas. Por ejemplo, en la Edad Media predominaba una mentalidad teocéntrica, donde la religión era el centro de la vida y la sociedad se organizaba en torno a ella. En la época de la Ilustración, el pensamiento racional y la confianza en el progreso científico y tecnológico adquirieron gran relevancia. Y en la actualidad, la globalización y la revolución digital han transformado profundamente la forma en que nos relacionamos con el mundo y entre nosotros. Es importante tener en cuenta este contexto histórico y social para comprender las actitudes y comportamientos de las personas en cada época, así como para valorar las diferentes formas de vida y de pensamiento.

¿Cuándo surgirá el siguiente cambio de paradigma?

¿Tal vez el desarrollo sin límites de la Inteligencia Artificial? ¿El resurgir de un movimiento global más natural y humanista? o ¿tal vez una guerra nuclear mundial?

Si hay algo que caracteriza el contexto de nuestros días es que la tecnología ha dado, y continúa dando, un salto cuantitativo y cualitativo trascendental. La información, la comunicación y la globalización ha transformado nuestras vidas.

Llegado a este punto, en muchas ocasiones nos vemos superados por la gran cantidad de acontecimientos y estímulos. 

¿No os parece estar sumidos en un caos permanente?

¿Cómo poder prestar atención a lo que verdaderamente importa dejando a un lado lo inútil y accesorio?

…..

.

6.2 ¿CÓMO PUEDES MEJORAR LA ATENCIÓN?

Meditación…. (más contenido)

Técnicas sobre mejorar la atención cuando interactuemos con los demás.

Llegados a este punto os sugiero unas pequeñas técnicas que no son meditaciones en sí, sino más bien reflexiones conductivas por si os resulta más sencillas y prácticas llevarlas a cabo. Si las “meditáis” y optáis por aplicar alguna de ellas no os garantizo resultados espectaculares pero sí que os pueden servir de ayuda y mejora. Sé que todos las sabemos, pero ¿Cuántas veces las ponemos en práctica?

  1. Cuando hables con otra persona, intenta concentrarte en lo que dice, intenta entenderle. Hazle pequeñas preguntas si no comprendes bien lo que comenta. Empatiza con ella, ponte en su lugar.

 

 

  1. Cuando estés en una charla, curso o grupo de trabajo. Presta atención e intenta quedarte con algún concepto que a ti te parezca interesante. También ayuda el ir apuntando lo que consideres más relevante. Recuerda que salvo que tengas memoria fotográfica, ésta es frágil y nos podemos olvidar de algún detalle que posteriormente nos puede resultar de gran ayuda. 

 

  1. Cuando cambies impresiones con alguien. Si no estás de acuerdo o entiendes que tú visión de las cosas puede aportar algo más, procura exponer tus razonamientos lo más claro y conciso posible.

 

 

  1. Piensa en que existe la posibilidad de que la otra persona sólo se escuche a sí misma, y que además solo desee imponer su pensamiento y sus ideas, sin querer darse la oportunidad de escuchar las tuyas. Además, debes tener en cuenta que quizás lo que tú dices o piensas, no le interese lo más mínimo. Es el momento de cortar amablemente y pasar a otra cosa. Intenta por todos los medios no entrar en “bucle”. Después, deja pasar un tiempo y de forma más serena y reflexiva, piensa en lo que se ha hablado e intenta sacar conclusiones.

 

Analiza las posibilidades: 

  • Sigues pensando que no lleva razón. Intenta convencerle en otro momento de que sus comentarios no son del todo razonables.
  • Continúas creyendo que su visión de las cosas no es la más idónea. Intenta hacerle comprender de nuevo cuál es tu punto de vista. 
  • Estás convencido en lo errónea de la solución que aporta a los problemas. Ofrece otras soluciones concretas e intenta que las analice. 
  • Puedes llegar a la conclusión de que no te interese lo más mínimo su punto de vista y la solución que aporta. No te merece la pena “desgastaste” más en algo que sospechas no conseguirás nunca.

Piensa que también puedes llegar a otra conclusión: que lleve razón en sus planteamientos.

 

  1. Si has de mantener una conversación que tiene muchas posibilidades de ser problemática y en la que intuyes puedan generarse conflictos, si estas obligado a dar explicaciones sobre una decisión que has tomado o explicar un proyecto que has realizado o vas a realizar, piensa detenidamente en cómo vas a exponer tus razones y en las posibles objeciones que se van a plantear.

Si lo haces así, tendrás más posibilidades de contestar del modo más adecuado. Si piensas con antelación en las posibles preguntas que puedan surgir, responderás de la forma que tú consideras más correcta y no la que te venga a la cabeza en ese instante. He visto, con frecuencia como personas con ideas y proyectos brillantes, fallaban precisamente a la hora de exponerlos, al quedarse sin una respuesta mínimamente coherente ante el primer contratiempo o pregunta que, por otra parte, era bastante previsible que surgiera.

 

  1. Si has quedado para comer o simplemente mantienes una charla distendida con tus amigos, procura olvidarte del móvil o al menos, intenta hacer el menor uso posible de él cuando entiendas que la conversación requiere tu atención plena.

Un breve apunte sobre el uso del móvil

Soy consciente que la recomendación anterior sobre el uso del teléfono móvil quizá sea mucho pedir; al menos, consuélate: no eres la única persona que está afectada por la “dependencia” del aparatito. Es extraordinario el valor que tiene hoy en día los móviles en la comunicación de las personas; nos ofrecen infinidad de ventajas, aunque lo paradójico, es que también sea uno de los mayores instrumentos de abstracción e incomunicación.

 

Nos sorprendería, o tal vez no tanto, el número de personas que sufren o sufrimos Nomofobia, entendido dicho “palabro” o término como: miedo irracional a quedarte sin móvil. Nos inventamos excusas tipo: “yo si no tengo el móvil estoy perdido” “me siento solo” otros dan la excusa del trabajo “necesito estar conectado por si…” Todos “somos carne de cañón” pero si hablamos como afecta este problema en la adolescencia, coincidirás conmigo que esta “enfermedad” resulta muy compleja de solucionar cabiendo la posibilidad de que pueda llegar a hacerse crónica. 

 

 

 

Reflexionemos en cómo intentar ayudar o ayudarnos a solucionar este creciente problema. 

¿Cómo controlar ese chute de endorfinas que nos produce el uso del móvil?: en primer lugar, lo que debemos es reconocer que tenemos ese problema. No hay que verlo como una adicción al uso, ya que “desengancharse” de cualquier adicción implica dejar de usar lo adictivo. En este caso no se trataría de no usar la tecnología sino de usarla más racionalmente. Todos los hábitos cuestan controlarlos, pero existen métodos para hacerlo. No es fácil, pero si factible.

Algunos truquitos:

.          Ponlo en silencio

.          No lo lleves siempre encima

.          No te lo lleves al baño

.          Controla el uso en redes sociales

.          Limita el móvil de empresa

.          Apágalo una o dos horas antes de acostarte  

.          Cambia la rutina de encender el móvil nada más levantarte

.          Etc...

 

 

  1. Si estás leyendo un libro y percibes que su lectura puede enriquecerte además de distraerte, intenta mantener distancia con los factores externos que disminuyen tu concentración y que impiden que no te llegue todo su mensaje. Procura aislarte cuanto puedas: no televisión, no móvil. Si esto no te resulta posible, has de decidir si sigues leyendo, o por el contrario, es mejor dejarlo para otro momento.

 

  1. Has de entender que tu pareja o tus hijos, requieren en algún momento toda tu atención. En esos instantes quieren y exigen una <<dedicación exclusiva>> Difícil cuando estás cansado o cansada; además suelen coincidir esa necesidad de atención con los momentos “menos oportunos” Tenemos que estar alertas ante estas situaciones porque, detrás de una aparente nimiedad, pueden esconderse problemas mayores.

 

  1. Intenta que ciertos sujetos no influyan en ti. Sepárate de esas personas tóxicas que merman tu energía y tu ánimo; esas personas que, desde su negatividad, quieren hacer que cambies tu forma de ver la vida. Todos conocemos a personas que parecen disfrutar recordándonos lo mal que está el mundo, la empresa, la política, etc. Suelen incidir en señalarnos lo que no hemos conseguido o lo difícil que lo tenemos. También nos suelen hablar mal de los demás cuando, con toda seguridad, también lo harán a la inversa. 

 

Si les prestamos atención, quizá terminemos pensando como ellos y eso no nos interesa en absoluto.

 

Podía seguir con ejemplos de cómo mejorar nuestro déficit de atención, pero no quiero aburriros. Creo que el mensaje queda algo más claro; sólo meditar no va a solucionar todos los problemas. Si somos sinceros, todos tenemos un importante índice de mejora y está en nuestras manos, en nuestra actitud y en nuestra forma de comportarnos, poder conseguirlo. 

Intentarlo, al menos.

De nosotros depende dejar ese “piloto automático” que dirige una gran parte de nuestra vida y coger los mandos de nuestra nave. No sé si tomaremos el rumbo adecuado, pero al menos, será el que nosotros decidamos.

 

              HABLA SOLO PARA MEJORAR EL SILENCIO

6.4 EL PODER DE LAS PALABRAS

Sabemos la importancia que tienen las palabras. De ningún modo podemos despreciar su fortaleza y poder de seducción; tampoco su capacidad de despreciar o herir. Una sola palabra o una pequeña frase, nos puede trasladar con la brevedad de un instante, de la dicha más absoluta a la más absoluta desolación. Las palabras que elegimos, cómo nos expresamos y en que contexto o situación las decimos, pueden marcar diferencias y obtener resultados radicalmente opuestos.

Todos conocemos ejemplos de personajes que han pasado a la “posteridad” por una frase mal dicha, que no es la más adecuada por el contexto en el que se dice, o bien no ha sido pensada lo suficiente.

Veamos algunos ejemplos:

- “Estar en el candelabroSofia M.  

- “¿Dónde se celebra este año el festival de Cannes?” Cristina A. 

- “Se toma tanta drogaina que ha de morir de una doble dosisMalena G

 - “La mayoría de nuestras importaciones vienen de fuera de nuestro paísRocío J.          

- “Fumar mata, si mueres pierdes una parte importante de tu vidaBrooke  

 -“Llovíamuchísimo, parecía el Danubio universal” Rocío J.        

 - “Hoy hay garrafas de vientoYola B. 

 -“No son estrellas fugaces, es una lluvia de motoritos” Isabel P. 

-Todavía no he encontrado la hormona de mi zapatoSofía M.

- “La próxima conjunción planetaria…” Leire. P. 

- “España, como mucho, no tendrá más allá de algún caso diagnosticado” Fernando S. 

“Del Prestige salen unos pequeños hilitos” M. Rajoy 

El mal lo causa un bichito. Es tan pequeño que, si se cae de la mesa, se mata” J. Sancho.

Por supuesto, no es nada personal. Es algo a lo que, de una u otra forma, estamos expuestos a que nos suceda a cualquiera de nosotros. Es evidente que cuando tienes cierta popularidad, alguna relevancia pública, o algún puesto de responsabilidad, no es que sea más fácil que se produzca, sino que su repercusión, es mucho mayor.

Estoy seguro de que si hacemos memoria, es muy probable que todos recordemos alguna situación de personas diciendo algo perfectamente incorrecto en el momento absolutamente erróneo. Quizá nosotros mismos.

 

6.5 PALABRAS QUE EMOCIONAN Y MANIPULAN

Es bien conocido por los profesionales del marketing y los aficionados al Big Data el efecto que determinadas palabras o frases causan en la sociedad en general y en sus potenciales consumidores en particular. 

Las grandes marcas se pelean por aquellos que saben buscar y desentrañar lo que los demás desean y que dan con la llave de ese deseo a través de una frase. Las posteriores campañas de publicidad gravitan sobre esa idea con imágenes, logos y slogans que posicionan la marca ante su competencia.

Seguro que sabéis a que marca me refiero si pongo frases como:

“…. te Da Alas!”

“Conecting People”

“Tómate un Respiro. Tómate un …”

“…Vuelve a casa por Navidad”

“El algodón no engaña”

“Más bueno que el pan”

“Ya es Primavera en El…”

“Hoy me siento F…”

“Rex... no te abandona”

“Probablemente, la mejor cerveza del mundo

“Un Diamante es para Siempre”

“…. El turrón más caro del mundo”

Y podríamos continuar con más frases y frases ¿verdad?

Comprobamos cómo unas pocas palabras, más o menos afortunadas, pero siempre repetidas machaconamente, nos hacen visualizar de forma automática una marca, producto, programa, disco, película, etc. Llámalas slogans o títulos, las palabras son puertas que abren emociones, sentimientos y deseos.

6.6 PALABRAS QUE CONDICIONAN

Si ponemos una de estas palabras: “light”, “ligera”,“ eco”, “bio”, “sostenible”, “reciclable”, “reutilizable”, “biodegradable”, “responsable”, “ecológico”, ”viral”, “trending topic”… al margen de que sea más o menos verdadero,  nuestra mente se posiciona de una determinada manera hacia el producto o bien que la contenga. Si se enfoca bien la publicidad sobre esos conceptos, las posibilidades de éxito aumentan exponencialmente. Así funciona nuestra mente.

6.7 PALABRAS CON VOCACIÓN DE MANIPULAR

Tal vez en España sea un “fenómenos” algo más reciente, pero es vital en la política actual la figura de los asesores o “spin doctor” como se denomina en la jerga política, denominación popularizada en Europa por la serie Borgen, pero que ya era utilizada hace décadas en Estados Unidos por ser un término usual en el beisbol.

Cercanos a la persona que ostenta el poder o aspira a ostentarlo, su objetivo consiste en que su jefe llegue al poder o lo conserve a toda costa.

Da igual la ideología o la persona de quien dependa, el objetivo lo conseguirá apelando a los sentimientos más profundos de los votantes, manipulando si es preciso sus emociones y haciendo ver que su opción es la mejor, no porque sea especialmente buena, sino porque la contraria es infinitamente peor.

Como en este capítulo me refiero a las palabras, no voy a profundizar en las funciones que, pongamos como ejemplo, desarrolló el asesor más conocido que hemos tenido en España: Iván Redondo (por cierto, asesor tanto del PP como del PSOE de Pedro Sánchez), sino a ideas o palabras que cambiaron tendencias o quedaron grabadas en la memoria de todos.

Como solía decir Iván Redondo: “La política es el arte de lo que no se ve”

Fue el asesor de Bill Clinton el que puso de moda una frase que popularizó el que fuera presidente, por entonces candidato en las elecciones:

Es la economía, idiota” con ello lo que trasmitía era que había que centrarse en las cosas básicas y de interés general para el ciudadano de a pie.

Por cierto, al recordar esta frase, siempre me viene a la memoria el célebre “La República no existe, idiota” que un mosso d´esquadra le soltó a un manifestante independentista catalán.

Yes, we can” eje de la campaña de Barack Obama y que le llevó a la presidencia en el 2009.

“Sí se puede” versión española de la anterior y muy utilizada por Podemos y grupos afines. Más adelante se ha popularizado, siendo utilizada en muchas ocasiones y situaciones diferentes.

Siete minutos” título del decisivo video usado en la campaña de Albiol (PP) a la alcaldía de Badalona y que apelaba al sentimiento de inseguridad que ocasionaba la gran inmigración existente en ese municipio. Fue el paradigma de éxito por apelar a las emociones antes que a la razón. El ideólogo fue un todavía desconocido Iván Redondo.

America First” mensaje utilizado por Donald Trump por el que hacía ver que primero eran los intereses de su país (según su visión, claro está) a cualquier otra cosa o circunstancia.

Quien no recuerda aquellas: “OTAN de entrada NO”, “Votar Centro es votar Suarez”, “Pon tu voto a trabajar”, “Haz que pase”, “No pasarán”, “derechita cobarde”, “los de Colón”…

Otras son empleadas en la actualidad con frecuencia y nos dirigen inmediatamente hacia un punto concreto: “xenófobos”, “pijoprogres”, “fachas”, “ultras”, “memoria histórica”, “corrupto”, “antisistema”…

Las palabras en la política son utilizadas para dirigir o desviar pensamientos y estados de opinión. 

Resulta curioso comprobar cómo después de un consejo de ministros, algunas palabras o términos son utilizados, de forma sistemática, desde la portavocía del gobierno hasta el último de los ministros. Como si un mantra repetido muchas veces se convirtiera en una verdad absoluta. Y lo más probable es que funcione.

Así,  la negociación pura y dura pasa a ser “mesa de diálogo”, al no ponerse de acuerdo se le llama “disparidad de criterios”, al trágala le llaman “consenso”, a bajarse los pantalones se le llama “es beneficioso para el país”, o para cierta corrupción “no hay comentarios”.

Como es evidente, este tipo de actuaciones no la tiene en exclusividad ningún partido político, ni siquiera son común a la política. También sucede en el ámbito empresarial, deportivo o cultural. 

Todos utilizamos las palabras como mensajes de afecto o como armas arrojadizas, según proceda.

 

6.8 A VECES, SE CONSIGUE MÁS DICIENDO MENOS

Los vendedores habilidosos saben cuándo dejar de hablar para permitir que el cliente “termine” la venta por él. En verdad, conozco verdaderos maestros en el arte de hacer creer a un cliente que el producto que ha adquirido es el mejor posible porque así se lo ha aconsejado el profesional; cuando la realidad es que el mismo cliente tenía claro con anterioridad cual es el que quería. Por supuesto, no siempre es así. Aunque estos casos son más comunes de lo que pueda parecer.

Algo que podemos sacar en claro o al menos tener en cuenta es:

  •  No siempre nos funciona si utilizamos la misma forma de hablar o de expresarnos

 

  •  No a todos podemos convencer o persuadir de la misma forma. 

Mejoraremos nuestra comunicación con las personas si actuamos de la mejor manera posible, y eso se logra: empatizando con los demás.

“Más vale callarse y pasar por tonto que abrir la boca y eliminar cualquier duda al respecto”.

Proverbio anónimo

 

Como ya he comentado, también es importante la situación y el contexto donde hablemos. No es lo mismo si hablamos y conversamos con la familia o entre viejos amigos, que hacerlo en una reunión de trabajo, de vecinos o si lo hacemos con desconocidos. En todo caso hay que intentar hablar con propiedad y pensando un poco en lo que decimos, y si llegado el momento “metemos la pata” tener suficientes reflejos y habilidad, para: detectar la metedura, corregirla e intentar minimizar las consecuencias.

Entre los profesionales del comercio circulaba, no sé si catalogarlo como “leyenda urbana”, chiste o situación real, la siguiente situación:

Un cliente se acerca a un vendedor indicándole que está interesado en uno de los dos sujeta libros de bronce de la exposición. 

-“Lo siento señor, pero no se venden por separado” responde el vendedor

-“Discúlpeme,  ¿realmente no está interesado en llevar los dos? Continúa

 - “Solamente necesito uno… y es el que me gusta” insiste el cliente -“¿podría consultarlo con su encargado?”

Ante la insistencia, el vendedor agarra uno de los sujeta libros y se dirige a su jefe.

-“Disculpa que te moleste López” -Hay un idiota que solo quiere uno de los dos sujeta libros de bronce” 

Con el rabillo del ojo se da cuenta de que el cliente le ha seguido hasta la presencia de su jefe, y continúa: 

-“Menos mal que este amable caballero está dispuesto a comprar el otro.

Podría relatar multitud de ejemplos con soluciones inapropiadas, que no eran las que más interesaba ofrecer o simplemente imprudentes e injustas. Una mala praxis de las palabras y de las formas, dieron al traste con soluciones que hubieran sido más prácticas y acertadas, y lo peor de todo, con el enfado y pérdida de confianza de la otra parte.

Comprobamos como en una asignación aleatoria de personas para resolver un problema, puede variar de forma radical la solución y el resultado final del mismo. La intervención de una persona no adecuada puede causar serios problemas, entre ellos la pérdida de dinero y evidentes injusticias.

 

6.9 LEGUAJE DOGMATICO VS LENGUAJE FLEXIBLE

En una conversación ¿Cuál es la diferencia, si consideras que la hay, entre estas dos frases?:

  1. Vaya, que tonta es tu idea
  2. Disculpa, discrepo de tu idea

O entre estas dos:

  1. Lo que estás diciendo es una idiotez; no sabes de lo que estás hablando.
  2. Disculpa, pero tengo un punto de vista totalmente distinto de lo que estás hablando.

Considero, con toda probabilidad, que todos consideraremos las primeras opciones como un lenguaje contundente y agresivo, unas frases que no están sujetas a interpretaciones ni alientan a un posible dialogo de consenso. Influye también, como ya hemos visto, el tono y el contexto en que se digan. Aun así, deja poco margen a la interpretación y la comprensión. 

Por lo tanto, no es difícil llegar a la conclusión: si comunicamos una misma idea o pensamiento de forma diferente, se puede influir de manera decisiva en el resultado final de la conversación.

 

                     7.

                     EL AJEDREZ COMO ENSEÑANZA DE VIDA

La afición a este juego me viene de lejos. Pasaba horas jugando con mis amigos en nuestro barrio, sentados a la sombra de cualquier portal de la calle Tres Amigos, La Bellota o Huerta del Hachero. Competiciones sin premio que aderezábamos con un buen surtido de pipas en bolsones de “a duro”.

Tiempo en el que mis amigos (Víctor, Juan Carlos, Paco, José Luis, Pepe…) y yo, nos jugábamos la honrilla mientras veíamos pasar la vida del barrio. Tiempo que por otra parte, no dedicábamos a pensar en otros juegos “quizás" menos instructivos.

Este juego me enseñó muchas cosas. Quizás haya que ver el tablero como la superficie donde el “juego” de la vida se concreta en forma de movimientos de piezas. Blancas contra negras. Un juego donde tus piezas se mueven al albur de las piezas del que tienes enfrente.

El origen del ajedrez sigue siendo un misterio que, muy probablemente, nunca quedará desvelado totalmente.

La versión más aceptada es que procede de India y que su existencia es conocida desde el siglo VI d.C. Como es lógico suponer, por su estructura y forma de las piezas, es un juego basado en luchas de ejércitos.

No pretendo hacer un estudio pormenorizado de su procedencia y expansión, quiero centrarme en las connotaciones de todo tipo que tiene este “juego” intemporal, del que hay campeonatos, mundiales, olimpiadas, federaciones, libros, tratados…

A finales de la década de 1950 y con la aparición de las computadoras, comenzaron a surgir los primeros programas de ajedrez, llegando en la actualidad, a las partidas contra el ordenador y partidas on line.

Suficientes razones para que muchos consideremos este “juego”  una especie de carta de navegación para la vida. 

Es evidente que, cuanto mayor sea tu nivel y el del contrincante al que te enfrentas, mayor complejidad y dificultad tiene el juego. Sin embargo, no es necesario ser un jugador adelantado, ni un experto jugador de ajedrez para tener en cuenta los factores que determinan el juego y cómo su aplicación, puede ayudarnos a comprender mejor la extensa y compleja partida de la vida: 

  1. Estrategia. Es conveniente tener una estrategia de salida. Saber cómo quieres comenzar es importante, ya que de ese inicio dependerá el buen desarrollo de tus piezas. Si tus piezas son las blancas, el primer movimiento es tuyo, tienes la iniciativa y puedes influir en cómo inicia su juego el oponente. Si juegas con negras, lo haces una vez muevan las blancas y tu jugada se verá influenciada por ese movimiento.

 

 “Con una estrategia de juego e intentando  adelantarte a los acontecimientos, siempre tendrás más posibilidades de éxito”.

 

  1. Organización. Aprende y organiza bien tus piezas. El posicionamiento y la buena organización de tus piezas permiten un desarrollo más sencillo y armónico de tu juego. Una buena organización de tus piezas hace más sencillas tus jugadas de ataque y dificulta las suyas al contrario.    

 

“Una buena organización siempre te ayudará a alcanzar tus objetivos”

 

  1. Valora tus piezas. Necesitas estudiar objetivamente y comprender mejor el verdadero valor de tus piezas en cada momento. Evalúa bien tus piezas: sus fortalezas y sus debilidades. Comprende y aprecia mejor su valor para utilizarlas de la mejor manera y aumentar así su rendimiento. 

 

“No basta con estar rodeado de piezas. Si comprendemos mejor su situación y sabemos moverlas a su debido tiempo, mejoraremos su rendimiento y nos ayudarán a ganar la partida…. tenga la pieza el valor que tenga. A veces un peón marca la diferencia”.

 

  1. Aprende a defenderte. Una buena defensa siempre es mejor que un mal ataque. 

“No todo se basa en atacar. Una buena defensa, organizada y sin complejos, puede evitar dolorosos resultados, permitiéndote salir airoso de ataques imprevistos”.

 

  1. En situaciones límites, siempre hay esperanza. Por muy mal que se desarrolle la partida, siempre cabe la posibilidad de que encuentres un movimiento que la iguale. Siempre cabe la oportunidad de aprovechar un error del contrario que la decante a tu favor.

 

 “La esperanza es lo último que has de perder, hay que aprovechar hasta el último momento las oportunidades que te da la partida”

 

  1. Luchar y perseverar. El ajedrez te enseña que hay que luchar para ganar. Requiere esfuerzo, concentración y dedicación en el juego si quieres conseguir resultados.

 

 “Tienes conocimientos, pero sin lucha, sin fe y sin perseverancia, la colina del tablero se convertirá en tu Everest”

 

  1. Paciencia. No hay mates al primer movimiento. Desarrolla tus piezas, mueve con precisión y reflexiona antes de mover.

 

 “La impaciencia y la precipitación son primas hermanas de los errores”

 

  1. Para evitar la pérdida de interés. Si pierdes interés, lo normal es que pierdas la partida.

 

  1. Para evitar el exceso de euforia. No te relajes, aunque creas tener ganada la partida. Un error o una buena jugada del contrario, puede cambiarlo todo.

 

  1.  Para evitar el exceso de confianza. No has ganado nada de antemano. Por muy bajo que veas el nivel del contrario, las partidas hay que jugarlas. Puede haber sorpresas inesperadas. El exceso de confianza ha llevado a las mayores crisis de credibilidad.

 

  1.  Para evitar el exceso de pesimismo. No creas siempre que el “otro” juega mejor. Evita pensar: “He empezado mal y seguro que terminaré peor”. “No puedo revertir la situación”. “Me lleva ventaja ¿para qué seguir?” “Nunca alcanzaré el nivel suficiente ni para ponerle a prueba”.

 

Recuerda que puede estar en tu mano revertir situaciones que a priori puedan parecer de clara inferioridad. Ten fe en ti.

 

 

  1. Para aprender a perder sin derrotismo

 

  1. Para aprender a vencer sin menospreciar al adversario. 

 

 

 

                    8.

                              DE CÓMO APRENDER Y MEJORAR

                                    APRENDE DE LOS MEJORES

Siempre me ha llamado poderosamente la atención lo reacios que son algunos a preguntar a otras personas cuando necesitan resolver un problema o duda.

Esta falta de comunicación y colaboración puede deberse a diversos factores, como la cultura de la empresa o la personalidad de cada individuo. Sin embargo, es importante recordar que nadie lo sabe todo y que todos podemos aprender algo nuevo de los demás. Además, la colaboración y el trabajo en equipo son fundamentales para lograr los objetivos en un entorno laboral.

Por eso, en lugar de tener miedo a pedir ayuda o consejo a otros, debemos fomentar una cultura de comunicación abierta y colaboración en la que todos puedan contribuir y aprender juntos. Al hacerlo, no solo se mejorarán las habilidades y conocimientos individuales, sino que se construirá un ambiente más positivo y productivo en el trabajo.

Además, al consultar con personas de diferentes niveles jerárquicos, podemos obtener diferentes perspectivas y enfoques sobre el problema o duda en cuestión, lo que nos permitirá tomar una decisión más informada y acertada. No debemos subestimar el valor de la colaboración y la comunicación efectiva en el trabajo, y estar abiertos a aprender de los demás nos ayudará a crecer tanto personal como profesionalmente.

 

Creo que el motivo por el que se llega a pensar y actuar de esta forma está ocasionado por alguna de las siguientes causas:

(más contenido)

Personalmente, siempre he intentado rodearme y aprender de los mejores, de aquellos que intuía que podían enseñarme cada día. Lejos de pensar en no hacerlo para no dejar al descubierto mis debilidades, con su ayuda he tratado de minimizarlas y evitar así que sigan creciendo. Si podemos solicitar ayuda no debemos optar por permanecer en la ignorancia. En muchas ocasiones he conseguido superar obstáculos y aprender, con lo que me han aportado y enseñado los demás, sea quien sea.

“Un líder mediocre puede llegar a tener éxito si sabe rodearse de un buen equipo.                                                                                Un magnífico líder, está condenado al fracaso si está rodeado de mediocres”

López Molina

Aprender de los mejores debería de ser una máxima en nuestra vida, pero... ¡cuidado! no siempre los mejores son los que aparentan ser y no siempre tienes localizados a los que pueden aportar soluciones. Reconozco lo sorprendente que me ha resultado la identidad de algunas personas de las que he sacado ideas y soluciones brillantes. Os aseguro que a veces ha sido de la persona más inesperada. También de personas que no había escuchado hasta ese momento o no había considerado tener en cuenta su opinión.

Hay que permanecer siempre con la mente abierta” ya sabéis el dicho “el más tonto hace relojes de madera”

 

“No importa cuán brillante sea tu mente o estrategia, si estás jugando solo, siempre perderás ante un equipo”

Reid Hoffman

            

“El secreto para la plenitud es muy simple: compartir

Sócrates

 

 

 

 

 

 

                       9.

                                  DE CÓMO MEJORAR LA ACTITUD

                                        AUTORRESPONSABILIDAD

 

 

9.1 LAS PRUEBAS DE LA VIDA

Ya sé que resulta fácil y recurrente echar la culpa a los demás, al destino, al tiempo, al trabajo, a tu pareja, al gobierno, al que pasaba por ahí…, pero a lo largo de la vida he llegado, si así me lo permites denominarla, incómoda conclusión:

Si tu vida no es lo que esperabas: o lo que haces no lo haces bien o no haces algo que deberías hacer.

En algún momento podemos llegar a pensar que nuestra situación en la vida no es la que esperábamos haber conseguido, que nuestro estado personal hace aguas, y que además, no estamos valorados lo suficiente en nuestro trabajo. Comprobamos que todo nuestro esfuerzo y dedicación por conseguir los objetivos que perseguíamos han resultado baldíos, y resignados, damos por hecho que “hemos tocado fondo”.

Cuando llegamos a ese punto es humano sentirse así. La vida nos pone a prueba y tendemos a no ser racionales. Nos dejamos llevar por las emociones.  Como esa luz que incide en un prisma, hay momentos de nuestra vida que la vemos distorsionada, y no realmente como es.

Sí, ya sé que muchas veces, esas “pruebas” a que nos somete la vida están llenas de obstáculos, injusticias y decepciones. Piensas que no puedes con ella, que no eres capaz de hacer más de lo que ya haces, pero ¿realmente es así? En todo caso, de poco sirve lamentarse mucho tiempo: lamerse las heridas solo ha de servir para recuperarse antes de las derrotas.

“Si podemos formularnos la pregunta: ¿soy o no responsable de mis actos?, significa que sí lo somos”.

Fiodor Dostoyevski

 

Parafraseando una célebre frase: “No te preguntes que puede hacer la vida por ti, pregúntate que puedes hacer tú por la vida”.

Estoy completamente seguro de que si reflexionamos sobre porqué hemos alcanzado una situación límite, llegaremos a la conclusión de no haber hecho algo bien. Es posible que no hayamos hecho lo suficiente para superar los obstáculos, o tal vez, hemos dirigido mal nuestros esfuerzos.

También puede ser que no hayamos hecho algo que se esperaba de nosotros y que no hemos podido o sabido llevar a cabo.

Hagamos autocrítica y dialoguemos con sinceridad con nosotros mismos. Sabiendo que hay factores que no podemos controlar y que no dependen de nosotros: algo podemos hacer ¿no? o incluso, algo podemos “no hacer”.

No se trata de ponernos un cilicio en nuestra mente, tampoco de flagelarnos; se trata de aprender y mejorar o, al menos, de minimizar los daños.

Eso depende de nosotros

“Un optimista ve la oportunidad en toda calamidad; un pesimista ve una calamidad en cada oportunidad”

Winston Churchill

 

“No desarrollas el coraje siendo feliz en tus relaciones personales diarias. Lo desarrollas sobreviviendo a tiempos difíciles y desafiando a la adversidad”

Epicuro

 

 

9.2 LA IMPOTANCIA DE LA ACTITUD Y DE LA RESPONSABILIDAD.

Siempre he considerado determinante la buena actitud como un rasgo o valor que define a las personas. Por consiguiente, si hay algo que siempre he tenido en cuenta en la interacción entre personas es: la actitud.

(más contenido)….

Una actitud responsable es una cualidad que nadie mejor que tú sabe valorar.

“Me siento orgulloso de lo que he conseguido, siendo esto nada, comparado con lo que puedo conseguir” 

López Molina

 

“Las actitudes son más importantes que las aptitudes”

Winston Churchill

“Sino puedes cambiar tu destino, cambia tu actitud”

Charles Revson

 

“Si quieres seguir soñando, quédate en la cama, pero no me pidas que  haga realidad los sueños por ti”

López Molina

 

9.3 CAMBIAR PARA MEJORAR. COMO ALCANZAR TUS SUEÑOS

Para cambiar algo, sea de la índole que sea, lo primero que debemos es tener consciencia de qué es lo que deseamos cambiar. Lo siguiente que debemos preguntarnos es cómo hemos de cambiarlo, y por último, si realmente lo deseas y estás dispuesto a hacerlo.

Muchas veces nos despertamos deseando cambiar aquel hábito o rutina en la que siempre estamos pensando y nunca vemos el momento de hacerlo. También podemos querer comenzar o aprender algo nuevo, eso que lleva tiempo rondándonos por la cabeza y que ahora sí que estamos realmente interesados en llevar a cabo. 

En cualquier caso, todo lo que deseas lograr requiere tiempo, dedicación, esfuerzo y método. Si estás dispuesto a invertir una parte de todo esto, el beneficio que puedes obtener superará con creces al trabajo que te ha costado. 

Antes de comenzar: salvo que seas un crack autodidacta y un amante de la autodisciplina, plantéate que siempre es mejor tener a alguien que te oriente, te enseñe y te exija.

Si nos damos la oportunidad, todos tenemos índice de mejora. Si lo que buscamos es: -progresar en nuestro trabajo, mejorar nuestra condición física, controlar el peso, mejorar la nutrición, aprender o perfeccionar un idioma, etc... – Debemos:

  • Ser consciente de qué queremos cambiar. Pensar si lo que queremos cambiar en verdad nos interesa, y si creemos que una vez conseguido nos aportará ese valor extra que compense el esfuerzo realizado. Piensa que cualquier cosa que hagamos conlleva un cambio y que ese cambio nos puede hacer salir de nuestra zona de confort. Esto siempre resulta incómodo y difícil de soportar si no tenemos una clara “obligación” de hacerlo. Si superamos estas primeras “pruebas”, estamos en el buen camino para emprender retos. La ilusión por lograrlo hará el resto.

 

  • Cómo lo podemos cambiar. Al margen del tiempo que podamos o queramos dedicar a lograr el objetivo marcado, siempre es bueno tener a alguien que te oriente, te exija y pueda controlarte en ese recorrido. Los seres humanos tendemos a la dispersión y al descontrol. Nunca nos viene mal que alguien nos diga qué, cuándo y cómo hacerlo.

 

Si te resulta posible y quieres hacerlo, acude a profesionales. Ellos conocen bien las posibilidades y los límites de las personas. Saben de ello y están acostumbrados a tratar con todo tipo de capacidades y podrán hacerte llegar a dónde quizás tu solo no puedes.

No obstante:

Como hemos visto anteriormente, te recuerdo y aconsejo que siempre que puedas aprendas de los mejores. Y muchas veces los mejores los tienes muy cerca. Aprende a localizarlos e intenta conseguir que te brinden su apoyo.

 

  • ¿Realmente lo deseas? Huye de modas pasajeras, de consejos interesados, de retos que no estés convencido de alcanzar y de recomendaciones de gente tóxica que quizá lo único que desean es que fracases.

Da igual lo que queramos conseguir, nuestra intención y nuestra meta será conseguir la excelencia, ser excelente en todo, pero no todos estamos dispuestos a pagar el precio por conseguirlo.

Hay que intentarlo. Recuerda que no es tan importante la meta como el camino que recorremos.

“Hay dos tipos de personas en el mundo que te van a decir que no puedes marcar diferencias: los que tienen miedo de intentarlo y los que tienen miedo de que lo consigas”

Ray Goforth

Sin lugar a duda y sea cual sea el resultado, debemos de poner en valor nuestra decisión de ponernos retos, así como el esfuerzo realizado por intentar lograrlos. 

Aunque nos quedemos a medio camino, incluso en las ocasiones que abandonemos al poco de empezar,  piensa que haberlo intentado siempre es positivo.

Cuando no lo logres, piensa que en algún instante de nuestra vida nos hemos planteado querer mejorar. Esto es sinónimo de que creemos que tenemos ámbitos de mejora en algunos aspectos de nuestra vida. Quizá el momento no haya sido el más idóneo, o quizá la voluntad no la has trabajado lo suficiente, pero da por seguro que siempre tendremos otra oportunidad, otro momento u otro estado de ánimo para volver a intentarlo y lograr conseguirlo.

 

“Muchas veces me he equivocado y cometido errores, y a menudo, aprendo las cosas cuando ya no las necesito. No debería dejar lo aprendido para cuando no sea la conciencia, sino mi cuerpo, el que me impida volver a equivocarme” 

López Molina

 

“Viaje incierto el de esta vida, en el que cada cual elije sus compañeros de viaje y su camino, donde lo importante no ha de ser el final, sino el recorrido hasta llegar a él”

López Molina



 

9.4 EVOLUCION Y PROGRESO, ¿AMOS O ESCLAVOS?

Todos hemos sentido la ansiedad que nos produce no saber qué hacer y cómo solucionar algo que consideramos importante, y lo peor de todo, no tener a nadie cerca que nos muestre el camino. 

Como hemos visto, las cosas cambian muy deprisa, y parece que cada vez nos importa menos quien se quede atrás. Al menos, no seas uno de los que se quedan, y ya de paso, intenta ayudar en todo aquello que esté en tu mano. Hazlo como desearías que te ayudaran a ti, hazlo por esas personas que no tuvieron la oportunidad de aprender, o por esos a los que llegado el momento, la locomotora les pasó por encima.

“Tal vez cada cosa tenga su momento, pero: ¿quién dice que haber perdido un tren por no llegar a tiempo, nos impida ser el primero en coger el siguiente que pase?”

López Molina

Ante los cambios, confiemos en nosotros mismos. No miedo

La religión que todos deberíamos profesar sería la de creer y confiar más en nosotros mismos. Piensa que todos somos capaces de conseguir adaptarnos a los cambios. A unos nos costará más que a otros, pero todos tenemos la capacidad suficiente para lograrlo... ¿quién dijo que no?

También a nosotros nos debemos una oportunidad.

¿Por qué a veces somos inmisericordes con nosotros mismos? ¿por qué no nos damos oportunidades? ¿acaso hablaríamos a nuestros hijos, amigos o alguien que nos importa de igual manera de cómo a veces lo hacemos con nosotros?

Tienes que creer un poquito más en ti. No lo dudes 

Y eso se logra con confianza

La confianza se consigue con conocimientos y experiencia. Disciplina y método.

A mayor confianza menos miedo

A menor miedo, más posibilidades de que logres tus objetivos.

 “Ninguno de nosotros sabe lo que podría suceder ni siquiera el próximo minuto, pero seguimos adelante. Porque confiamos, porque tenemos fe”

Paulo Coelho

 

“No dejemos que la vida elija por nosotros”

López Molina

“Es lícito sentir miedo, pero si aprendemos a controlarlo nos hará crecer como personas”

López Molina

“Si el abatimiento y el miedo se instalan en tu corazón, tu memoria solo recordará los olvidos, al aburrimiento llamarás felicidad y la soledad será la mejor de tus compañías”

López Molina

                      11.

                                            TUS VALORES TE GUIAN

“Una persona puede fingir un sentimiento del que carece, pero su falsedad quedará al descubierto con sus actos”

López Molina

Te propongo que hagas un listado con aquellos valores personales que recuerdes y que son importantes para ti. Cualidades que realmente marcan la personalidad y la conducta de las personas. 

A mí se me ocurren, por ejemplo:

  • Equilibrio
  • Moderación
  • Autocontrol
  • Tolerancia
  • Libertad
  • Humor
  • Amor
  • Humildad
  • Respeto
  • Compromiso
  • Convicción
  • Paciencia
  • Honestidad
  • Amistad
  • Etc.…etc.…etc.

Puedes añadir los que tú creas. La lista será tan extensa como desees.

Ahora piensa detenidamente en ellos. 

Te propongo: que elijas los cinco o seis más representativos para ti; los que consideras trascendentes; aquellos valores que entiendas han de marcar tu personalidad y tu conciencia moral.

Te propongo que: -todo lo importante que hagas en tu vida, los hitos que marquen tu estrategia, las decisiones de calado que puedas tomar en tu vida, cómo socializas con los demás-… lo hagas teniendo presente esos cinco valores.

Comprobarás que son una especie de guía personal que de alguna manera te ayuda a saber cómo y por qué has de hacer las cosas.

No son dogmas, no son leyes

Sé que no siempre resulta sencillo cumplirlos.

Al menos, inténtalo.

Ten en cuenta que algunos que fueron fundamentales en el pasado, hoy pueden no ser tanto. Los que son importantes hoy, pueden serlo menos en el futuro. Igual que tú mismo, tus valores también pueden ir evolucionando. Puedes cambiarlos, modificarlos o incluso apartarlos con el devenir de los años. Son tuyos, y lo único que te piden por tu bien, es que los tengas en cuenta.

“Procuro vivir con honestidad, he intentado ser tolerante, leal y comprometido con los demás. Me he esforzado en hacer las cosas con creatividad y humor.

No siempre lo consigo, igual tengo que seguir practicando hasta el final de mis días”.

López Molina

 

                                 

 

                                                    13.

                     12 CLAVES PARA MEJORAR NUESTRA VIDA

 

13.1 Elegir bien con quien te relacionas

“Hay personas a las que solo vale la pena recordar por lo bien que se estaría sin ellas”

López Molina

“Hay personas que ocupan mi mente cada día, y hay gente que me gusta recordar a menudo, aunque solo sea por el placer de volverlas a olvidar”

López Molina

“Cuando uno enseña, dos aprenden”

Robert Heinfein

No obstante, me encanta una visión que de la amistad nos dejó el gran Séneca en un fragmento de una de sus cartas a Lucilio:

“Si tienes a alguien por amigo y no confías en él tanto como en ti mismo, te equivocas gravemente y no alcanzas a conocer bastante la fuerza de la verdadera amistad. Delibera sobre toda cosa con el amigo, pero en primer lugar sobre él mismo; y contraída ya aquella amistad, es menester confiarse a ella, más, antes de contraerla, precisa juzgarla”

 

Por último, para ilustrarnos de cómo debemos prestar atención y saber aprender en cada momento y descubrir además en quien confiar sin prejuzgar de antemano, nada mejor que las andanzas de nuestros dos conocidos “amigos” que inmortalizó Cervantes:

“Viéndose tan malparado don Quijote, dijo a su escudero:

-Siempre, Sancho, lo he oído decir, que el hacer bien a villanos es echar agua en el mar. Si te hubiera hecho caso, yo hubiera excusado esta pesadumbre; pero ya hecho: paciencia, y escarmentar de ahora en adelante.

-Así escarmentará vuestra merced como yo soy turco; pero, pues dice que si me hubiera hecho caso, se hubiera evitado este daño, créame ahora y evitará otro mayor, porque le hago saber que con la Santa Hermandad no hay caballeros que valgan…

-No puedes remediar ser un cobarde, Sancho, pero, para que no digas que soy contumaz, y que jamás hago lo que me aconsejas, por esta vez quiero seguir tu consejo y apartarme de la furia que tanto temes…

-Señor -dijo Sancho-, el retirarse no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza…”

 

 No pongamos el GPS a nuestra vida

Cuando usamos el GPS seguramente lleguemos al destino, pero no seremos conscientes de las cosas interesantes que nos dejamos atrás.

“A veces pasamos por la vida casi por pasar, como aquel distraído que va a ver la Catedral de Burgos y cuando le preguntan al final del recorrido, solo recuerda las palomas de la fachada y el mendigo de la puerta”

López Molina

 

            Nuestras horas son minutos

cuando esperamos saber, 

y siglos cuando sabemos

lo que se puede aprender.

            Antonio Machado

13.6 Bienvenido a la crisis. De la incomodidad, el dolor y el sufrimiento también se aprende.

Sin crisis no hay evolución.

(más contenido…)

13.7  Infelicidad. Acepta, afronta y supera tu situación.

El primer paso sería analizar el porqué de nuestra infelicidad; cual es el motivo. El siguiente paso es dotarnos de fortalezas para poder hacer frente a las causas que la producen.

Sé que esto es sencillo de enumerar y mucho más difícil de realizar. Hemos visto ya determinadas herramientas que nos pueden ayudar:

  • Depende de mí o no revertir la situación
  • Ponerlo en un contexto adecuado
  • Procurar verlo desde otra perspectiva… etc.
    1. No ansíes todo al momento. 

Si te ves incapaz de encontrar soluciones, no dudes en recurrir a alguien. Eso sí, recuerda: recurre al mejor que tu creas pueda aconsejarte; no lo hagas con el primero que encuentres y en todo caso, sé consciente que en última instancia, eres tú el que tienes que salir de esos bucles de infelicidad.

“Cuanto más solo estás más solitario te vuelves”

López Molina

Si puedes permitírtelo y lo ves necesario, no dudes en buscar ayuda profesional. Fuera tabús. No huyas del problema. Si lo afrontamos con determinación quizá logremos que no se enquiste y se cronifique.

“La vida ahora parece que consiste en huir a tiempo de los que se acercan, evitando llegar al sitio de aquellos que están esperando”

López Molina

A fin de cuentas, lo que sentimos y llamamos felicidad o infelicidad no deja de ser un estado de ánimo más o menos duradero. 

Según lo entiendo:

 -La felicidad o la infelicidad no es lo que nos pasa sino cómo interpretamos lo que nos pasa- 

La felicidad es interior,  no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.

Henry Van Dike

Reconocí la felicidad por el ruido que hizo al marcharse”

Jacques Prévert

13.8  Aprender de las dificultades

Como bien decía Marco Aurelio –“El impedimento a la acción lleva a la acción. Lo que obstaculiza se convierte en el camino”. 

Ryan Holiday también dice algo similar, aunque más esquematizado, en el título de su famoso libro: “El obstáculo es el camino”. 

(más contenido..)

“La vida es un viaje incierto en el que cada cual elije la despedida, el equipaje que ha de llevar y el camino que recorrer”

López Molina

13.9 La vida solicita tu plena atención 

La atención suele producir bienestar.

Presta atención y no malgastes tu tiempo

(más contenido)…

 

Hay cosas que no se pueden pedir a El Corte Inglés o Amazon…

Querer y que te quieran, que te escuchen, la excelencia, la empatía, el razonamiento, la experiencia…todo lo que hemos visto hasta ahora:

No está en ningún catálogo y, por lo tanto…

No se vende

 

13.11 Vive en presente. Está bien recordar el pasado, está bien planificar el futuro, pero que sea de forma consciente y no un estado permanente. Céntrate en el presente

13.12 Medita sobre ti. Date un pequeño tiempo (respiro) y sobre todo, ama la vida; es lo más valioso que tienes.

.

“Jamás sucederá en el mundo nada más apasionante de lo que pueda ocurrir en tu interior”

López Molina

En un mundo lleno de impaciencia, donde todo debe estar hecho para ayer y en el que nos vemos corriendo de acá para allá como pollos sin cabeza, creo que resulta muy importante pararse y descubrir realmente: -donde estamos, qué nos pasa y cómo debemos de actuar-

El pensar en nosotros, con esa perspectiva que nos da la experiencia de conocernos al menos un poco -desde que nacemos andamos en ello- es una forma de amar nuestra vida y la de aquellos que nos rodean.

 

 

 

 

              14.

 

                                LA CERTEZA DE NO SER ETERNOS

 

Desde que nacemos caminamos hacia la muerte, la muerte llega por igual a todos los hombres. Alcanzó a los más grandes y poderosos. Siendo el último de ellos, la muerte no puede ocasionarnos grandes males. Deberíamos temerla si se quedara junto a nosotros, pero una de dos: o nos alcanzará, o pasará. La mayoría oscila entre el miedo a la muerte y los tormentos de la vida, y no quieren vivir, pero no saben morir. Debemos procurarnos una vida agradable sin preocuparnos por ella: sólo es útil verdaderamente aquel bien para cuya pérdida estamos preparados. Partir con espíritu sereno, cuando se acerca la hora inevitable, exige largo aprendizaje”.

Séneca. Extracto de “Cartas a Lucilio”

Es solo cuestión de tiempo. Si hay alguna certeza en esta vida es la de que todos vamos a morir. Más tarde o más temprano, de una u otra forma, nuestra vida igual que tiene un principio, irremediablemente tiene un final. Entonces ¿por qué nos empeñamos en actuar y vivir como si esto no fuera a suceder?

A priori, entiendo que esta certeza pueda parecer algo macabra si nos da por pensar mucho en ella, no obstante, también podemos encontrar el lado positivo a este pensamiento. Si contemplamos la posibilidad de la muerte como algo inevitable e imprevisible, nos estimulará a vivir el presente de una forma más realizadora e intensa, a la vez que nos situará de una forma inequívoca sobre la realidad del verdadero lugar y tiempo que ocupamos en esta vida.   Da por seguro que cuando pasen tres generaciones, nadie se acordará de ti. 

Este potente pensamiento, que ciertamente no es nada nuevo, me parece muy adecuado para recordarnos lo efímero y relativo que es todo en esta vida.

 

“Puede llegar a ser tan terrible el tiempo que, incluso a veces, se lleve por delante el pasado”

López Molina

 

No la deseo y nunca la he deseado; sin embargo, pensar en ella me ayuda a asumir lo inevitable.

“Es irrefutable la evidencia de que para morir hay que haber nacido, y si el precio a pagar por haber vivido tantas cosas maravillosas ha de ser la muerte, siempre me parecerá barato”.

López Molina

 

 

 

Memento mori   

Como concepto, memento mori, es un término latino que significa literalmente “recuerda que morirás” y que se usa para llamar a la modestia a una persona, recordándole que todos somos humanos y que a todos nos llega el momento, indicando también que la vida es, al fin y al cabo, muy corta. Si usáramos la terminología católica, podríamos decir aquello de “eres polvo y en polvo te convertirás” que si mal no recuerdo se dice en la misa funeral.

El origen de esta frase está en la antigua Roma; al parecer se decía cuando un general victorioso recorría las calles de Roma en desfile para ser aclamado por el pueblo. Un hombre iba detrás de él recordándole constantemente este “memento mori”, con el objetivo de recordarle que no fuera soberbio, pues la condición mortal es infranqueable. Me parece muy buena idea recordarle a alguien, incluido a nosotros mismos, cuando estamos en la cima, que todo es pasajero, y que posiblemente, ese estado no sea lo más importante de la vida. Vamos, en un lenguaje más coloquial es como decir aquello de “ no dejes que el éxito se te suba a la cabeza”.

No sé qué pensareis de todo esto, pero personalmente creo que, lejos de ser un pensamiento negativo, me parece un mensaje muy y cargado de significado y sentido común.

Piensa que cuando seas plenamente consciente de que tu tiempo es finito quizás no puedas hacer aquello que tanto has deseado. 

Es cierto que no a todo el mundo le vale este pensamiento, ya apunté al inicio que no hay hojas de ruta que nos guíen punto por punto, ni ideas que llevadas a la práctica sean infalibles, pero sí considero que hay líneas de esas hojas y luces en esas ideas, que nos pueden hacer más llevaderos y soportables los problemas.

Pensamientos que nos ayudarán a valorar más lo que hemos conseguido y todo lo que poseemos si reflexionamos sobre lo efímero que todo puede llegar a ser. 

Para valorar la vida en su verdadera dimensión, nada mejor que darse cada día un baño de realidad pensando que no somos eternos.

 

“No se puede vivir si solo la muerte ocupa tu pensamiento, aunque nada como ella emana en nosotros con tanta fuerza. Nadie desea amar su propia muerte, nadie quiere hablar de frente con ella; pero yo sí, porque es mi única certeza, sé que me pertenece, y que ella no me engaña. Yo tampoco la engaño y le agradezco todos los días la oportunidad que me brinda de seguir con vida. He llegado a una edad en que, cada cosa que hago, cada pensamiento, es un pequeño homenaje a la vida”

López Molina

 

 

 

                      15.

                                 ANA: UNA LECCION DE VIDA

                              Relato basado en un hecho real

 

 

Cuando terminé el capítulo anterior pensé si habría sido capaz de trasmitir, aunque fuera por un pequeño instante, el mensaje de vivir con plenitud sabiendo lo fugaz que puede llegar a ser la vida.

Pero, realmente no somos, o no queremos ser, conscientes de una realidad que vemos huidiza y lejana.

Una tarde cuando repasaba el texto del capítulo que comenzaba con mi barrio, me dio por pensar en momentos de mi niñez en Málaga…

Recuerdos que traían a mi mente aquella cegadora luz del Mediterráneo, el olor a mar y el sentir en mis pies esa arena color cernada de las playas de Pedregalejo; a mis atardeceres envueltos en olas y a rocas llenas de cangrejos. Son recuerdos atados a un palo al que anudaba un hilo de nylon que terminaba en un pequeño anzuelo oxidado y una bolita de pan - ¡quería pescar el pez grande! – uno igual a ese del que hablaba el viejo del libro que había leído.

¡Qué rápido pasa todo!

Y pensé que nunca deberíamos perder esa mirada de niño y esas ganas de vivir. No resulta justo que, estando la vida siempre a nuestro lado, como fiel compañera de viaje, haya muchas veces que no la hagamos ni caso.

Y me dio por pensar en lo injusto que resulta para quienes no pueden evitar lo inevitable.

Y, pensé en Ana

 

 

La vida está en constante movimiento y nos resulta del todo insoportable pensar de qué manera puede cambiar todo cuando el destino le da por jugar con ella. 

Pero en la vida pasan cosas inevitables

Ojalá nunca tengamos que enfrentarnos a algunas situaciones

Pero todos sabemos que suceden

Mi pequeño homenaje a Ana y a todo lo que representa, es también un pequeño homenaje a la vida… 

Creo que Ana estará contenta por haberme hecho reflexionar y compartir con ella una parte de su vida. 

Creo que Ana estará contenta porque también os permita que la conozcáis un poco, aunque solo sea en esa parte de su vida.

 

                                                   ANA

El sol del amanecer golpea la ventana de mi habitación. Su luz se cuela sin permiso entre las lamas de la persiana, proyectándose sobre la pared como renglones de un cuaderno virtual; parece que tienen la esperanza de que escriba algo en ellos, pero no me quedan fuerzas ni para mirar.

Pienso que quizá todo sea fruto de una pesadilla y que, al despertar, todo volverá a ser como antes, pero de inmediato la realidad regresa y parece haber escrito en esos renglones de la pared su cruel sentencia.

No es mi intención haceros sentir mal, ni que me compadezcáis, ni siquiera que leáis estas pocas palabras que salen de mi pensamiento. Expresando lo que vivo y lo que siento, es mi modo de buscar cierta paz, de contribuir quizá a despertar alguna conciencia, y de romper ese atronador silencio al que todos contribuimos.

Me llamo Ana y tengo treinta y ocho años.

Me llamo Ana y tengo metástasis en hígado, pulmón y esternón.

Sí, me llamo Ana, y convivo con la posibilidad de morir en poco tiempo

Y necesito hablaros de eso…

 

Mi pensamiento más recurrente es que siempre he sido una ilusa.

Pensé que la vida era eterna. 

Que yo era eterna.

Cuando era niña y pensaba en la posibilidad de que mi madre pudiera morir alguna vez… sentía miedo. Era un miedo inocente, solitario, irracional. Os aseguro que era tan real que aún ahora me parece sentirlo, y otra vez vuelvo a esconderme bajo las sábanas, como esa niña pequeña que una vez fui.

Recuerdo que en aquella época mi madre tendría más o menos la edad que ahora yo tengo. Me dormía pensando en ella, con la ansiedad y la angustia de poder llegar a perderla algún día. Al despertar, todo era alegría y satisfacción. Mi madre seguía ahí. Recuerdo ir a abrazarla y llenarla de besos. Recuerdo también que alguna vez me preguntaba: - Anita, hija, ¿qué has soñado para levantarte así? 

Por suerte, aún tengo a mis padres.

Por desgracia, casi con toda probabilidad, mis padres a su hija, solo la tendrán un poco tiempo más.

Calculo que <<no más de un 20%, creo>> son mis posibilidades de supervivencia.

Por todo esto

Necesito expresarme de alguna manera, dejar salir lo que siento. Solo quiero dar a conocer, a mí la primera, que no es rencor sino amor lo que dejo.

Os lo aseguro, no estaba en mis planes que, a los 38 años de vida, tuviera la necesidad de hablar tanto de mi posible muerte.

Y hoy, un día más entre todos esos días, precisamente hoy… necesito hacerlo más que nunca. 

 

Un día más, un día menos

No sé qué hora es, tampoco creo que importe demasiado. Hace mucho he perdido la noción del tiempo. El tiempo, como otras muchas cosas, ha dejado de importarme.

Cosas que creía imprescindibles, han dejado de tener valor.

Cosas nimias de ayer, me parecen fundamentales para que hoy pueda seguir viviendo con cierta dignidad.

La garganta seca me pide agua, pero no tengo fuerzas para levantarme a beber, ni siquiera para pedirlo. Miro de nuevo hacia arriba y veo como un frasco trasparente, que contiene un líquido verde esmeralda, pende sobre mí. De él, por un tubo de plástico, el fluido se desliza rítmica y suavemente hacia mi brazo. Siento dolor en los brazos, siento cómo los músculos se me entumecen: al menos… - ¡siento algo! –

Es uno más de todos esos días.

Una vez más, sentada en uno de esos sillones, le doy a la máquina de pensar. 

Y pienso…

No sé si la mejor manera de resumir una vida sea recopilar todo el amor que das y que recibes, pero al menos es una manera.

Puede que lo que más determine en la vida de las personas sea el amor. Las ilusiones y desengaños que provoca.

La sensación de protección y amparo cuando lo recibes

La plenitud de querer y ser querido

 

Y recuerdo…

            

 

  1. LA ENFERMEDAD

Todo comenzó hace algo más de tres años.

Mi vida transcurría con ese aire de normalidad y ganas de vivir que me daban los treinta y cinco. Os lo aseguro, era feliz.

Me había licenciado en psicología, y después de mis primeros trabajos en Albacete, me trasladé a Madrid; ahora trabajo en la evaluación y atención psicológica de menores con medidas de protección o tutelados. 

Me encanta lo que hago

Siento que mi labor es importante. 

Me siento útil a la sociedad

Soy una mujer de fuertes convicciones humanistas. -Me lo inculcaron mis padres desde pequeñita- Creo en las personas y en una sociedad más justa y humana.

Me encanta la naturaleza y los animales

Y… además: <<tengo un montón de proyectos>>

 

Y todo comenzó…

Agua caliente; miles de gotas al unísono cayendo en cascada sobre mi cuerpo, me acarician y hacen volar mi mente. La ducha me reconforta, me hace sentir bien con la vida y me reconcilia conmigo misma.

Como siempre, me echo crema después de la ducha.

Allí noté un bulto en el pecho.

Tenía información y había leído sobre ello. Lo cierto es que, aunque puedas llegar a pensar en algún momento en esa posibilidad, das por sentado que:<<es muy difícil que me toque a mí>> 

Piensas:

Soy joven…sana…me cuido. Si hubiera estudiado estadística en lugar de psicología, seguro que tendría un argumento más para ver aún más lejana esa probabilidad.

La verdad es que, acabé en el médico, y ya en la unidad de mama, me hicieron las pruebas en el mismo día.

Era octubre, lo recuerdo perfectamente.

El jodido diagnóstico:

Cáncer de mama triple negativo, -el peor de todos-, muy cercano al nivel 4, que es el metastásico. 

Me quedé en shock al escuchar eso, - ¿seguro que era a mí a quien se lo decían? era como si lo viviese en tercera persona. Mis padres se vinieron abajo y yo hice una desconexión entre mi mente y la realidad del momento presente <<para algo debía serme útil mi licenciatura de psicología>> 

Me puse en modo supervivencia

Mi obsesión, mi voluntad era que no me afectara... 

Quería sentirme normal… pero no lo era

Sabía perfectamente donde estaba metida

Me extirparon los ganglios de la axila derecha y del brazo.

Al quitar los ganglios, el sistema linfático ya no te funciona igual. El brazo se me inflamaba y tenía que comprarme los sujetadores en la ortopedia. En verdad, fueron muchas cosas a las que tuve que adaptarme… Quería ser la Ana de antes, ser yo misma, la que había sido hasta entonces, pero me sentía profundamente cansada.

Intentaba por todos los medios no estar sola. El estar sola, hacía sentirme sola. En esos momentos, el vértigo de la soledad es infinito.

Quería sentirme normal… pero no lo era 

Sabía perfectamente donde estaba metida

Y donde estaba metida, <<por decirlo de alguna manera>> ocho meses después, tras la operación y haber recibido las seis sesiones de quimioterapia, era encontrarme de nuevo con Ana. Bueno, más o menos Ana.

Entre medias de toda esta vorágine de vivencias y sentimientos…

  1. ALEX

Lo conocí por Tinder, sí, esa aplicación: la más popular del mundo, sí, esa que se utiliza para conocer gente.

Alex me pareció una persona genial, atento, receptivo, buen conversador. Desde el primer momento, me sentí muy a gusto en su presencia.

Deseaba ser honesta con él desde el principio. En la segunda cita, salió el tema y se lo aclaré:

  • Alex, antes de que pase algo y te lo encuentres, me gustaría que supieses una cosa importante

 

  • <<me daba miedo el rechazo>> y continué:

 

 

  • Tienes que saber que tengo una mastectomía sin reconstrucción.

 

Deseaba darle muchas más explicaciones. Sin embargo, antes de que lo hiciera me respondió:

  • Sé dónde lleva esta conversación Ana, me gustas mucho, y te aseguro que no tengo problemas con ello. Todo lo que esté relacionado contigo, me parece bien.

Un mes más tarde, ya estábamos viviendo juntos.

Podría haber sido un momento maravilloso, de hecho, quizás lo fue. Despertar después de una pesadilla y encontrar a tu lado a esa persona que te acoge en sus brazos, te calma, te protege y te da paz.

En cualquier caso, no duró mucho

 

 

 

Me vino a la mente esa canción de Dani Martín:

¡Qué bonita la vida!

Cuando baila su baile

Que se vuelve maldito, cuando cambia de planes….

Y tan bonita es que a veces se despista

 

                       

 

 

 

 

 

 

 

 


 

  1. LA ENFERMEDAD: SUMA Y SIGUE 

Era febrero y llegó el nuevo diagnostico

Más feroz, más cruel

Con un apellido más largo 

 

En esta guerra no hay tregua, no hay corredores humanitarios, no hay conversaciones de paz.

La primera señal que me viene a la cabeza es recordar haberle comentado a la oncóloga que me notaba muy cansada.

  • Es por el tratamiento. Me respondió

La segunda señal fue lo que sentí después de una jornada de entrenamiento que Alex -convertido ya en todo un experto en ejercicio físico y cáncer de mama- me había hecho poner en práctica.

Me llevo la mano al esternón

Me duele

<<quizá sea algo muscular>> pienso 

<<quizá no tenga importancia>>

<<quizá…>>

El quizá no vale para mí y acabé en urgencias <<por si acaso>>

Los resultados de las pruebas médicas son muy claros

Los resultados de las pruebas médicas, por lo tanto, son muy oscuros.

La de los ejercicios y la de los <<quizás>> es arrojada a ese lugar al que siempre nos gustaría ver de muy… muy lejos. Es arrojada a una guerra para la que nadie está preparado, ya sabéis: esa guerra sin treguas, sin corredores humanitarios y sin conversaciones de paz.

Y esta vez con un enemigo crecido y más cerca de tu trinchera. 

Estaba, <<Sola ante el peligro>> como un Gary Cooper cualquiera, esperando a un criminal que no se llamaba Frank, sino Cáncer.

Mi mundo mutaba de nuevo

Ante mí, se alzaba una montaña escabrosa y escarpada, con una cima que por mucho que me esforzara, no alcanzaba a ver. 

Me dijeron que había metástasis en costillas, esternón, hígado, pulmones, ganglios...

No sé, me hablaron de más sitios, pero me quedé con esos… para qué más.

- ¿Cuánto me queda de vida doctor?

-Yo no tengo una bola de cristal, Ana -me contestó el médico, incorporándose.

-No sé cuánto tiempo te queda a ti ni cuánto me queda a mí -continuó

En aquel momento, un maremágnum de sentimientos e ideas inundaron mi mente. Era incapaz de elaborar un pensamiento mínimamente coherente y un agujero oscuro y profundo se abrió frente a mí.

Entonces comienza el miedo, claro. Un potente, brutal y atroz miedo que lo va ocupando todo, que te paraliza…

<<la palabra cáncer acojona, pero la palabra metástasis ya es otro nivel>>

En un mundo en el que parece que las buenas noticias brillaban por su ausencia: pandemia, guerra, crisis… y donde todo gira deprisa e inmisericorde…

En mi mundo ahora sólo caben tres: Ana, Alex y la metástasis

Después de escuchar aquel diagnóstico pensaba que iba a morir a la mañana siguiente.

Sentía miedo

Mucho miedo

Tras el miedo, sentía más miedo.

Vinieron muchos ingresos. He vivido cosas muy traumáticas. Imposibles de olvidar.

<<os aseguro que convivir con esta enfermedad no es nada fácil>>

Haga lo que haga, siempre está ahí.

De una manera más o menos consciente, está ahí.

Me pongo a ver una serie, leer un libro, escuchar música, andar…hago lo que sea por distraerme, pero sigue estando ahí.

Y sé que solo soy un minúsculo puntito en la infinidad del universo; que dentro de no mucho tiempo, solo seré un recuerdo. Sé que, en muchos años, no seré nada.  

Me consuela pensar que viva lo que viva, aquí solo estoy de paso y que, junto a todos, terminaremos formando parte de algo mucho más grande, algo que nuestra razón no es capaz de entender.

La vida se me escapa como la arena se filtra por el agujerito de un reloj, lenta pero inexorablemente. El montoncito que se acumula abajo es lo que he vivido, y ya no me sirve. No habrá nadie para dar la vuelta al reloj. 

Pero siempre queda la esperanza; dicen que es lo último que se pierde y en verdad, ha de ser cierto: <<yo aun la tenía y me aferraba a ella como a un clavo ardiendo>>

Quedaba la esperanza y la medicina (siempre la medicina)

Y los tratamientos complementarios

Y Alex, que no dejaba de apoyarme y de estudiar para que me “pusiera buena”.

Y las ganas de hacer los ejercicios específicos, que mi entrenador personal en que se había convertido Alex me ordenaba.

Y otra vez…esperanza 

Los meses siguientes me enfrenté a nuevas sesiones de quimioterapia. Por fin, un día me dicen que estoy casi limpia. Pendiente claro de futura evaluación posterior, para comprobar como evoluciono.

Aun así, os podéis imaginar que fue un día lleno de alegría para todos. Por fin sonreí sin necesidad de forzar la sonrisa.

Y así continué hasta el mes de julio.

En julio me enfrentaba otra vez a la incertidumbre. Tocaba reevaluar mi estado.  Cuando se iba acercando la fecha, la intranquilidad podía conmigo.

Intentaba no pensar en ello. Necesitaba vivir con intensidad los momentos, disfrutar cada instante de ese regalo en que se había convertido cada día de mi vida. Y todo eso, sin querer pensar en esa especie de espada de Damocles en que se había convertido “mi enfermedad”

Llega el día de la reevaluación:

Y otra vez, la esperanza

Y otra vez, los “quizás”

Y otra vez los miedos

Y otra vez, la dichosa espada

Llegan los resultados de la reevaluación…

 

  1. La metástasis se ha vuelto a reproducir

Desde entonces, tengo la necesidad de hablar de lo que nunca nadie quiere hablar:

¿Y si me muero?

….

Aquí continúo, en el mismo o similar sillón del principio, con el fluido deslizándose por la sempiterna gomita. Ya ni sé el color que tiene; no es que me importe mucho. 

Tampoco me preguntéis cuantas sesiones llevo <<he perdido la cuenta>>

Pero, tened la seguridad de que no puedo olvidar las secuelas que toda esta mierda me ha traído:

<<Me faltan tes piezas en la boca, tuve neuralgia por toxicidad durante los tratamientos (neurotoxicidad, creo que la llaman), también cistitis crónica, problemas de memoria, se me olvidan las cosas de hace diez minutos…>>

Un asco, vamos

Pero aquí sigo…

Esperanza y ganas de vivir, le llaman

Durante todo el tiempo (años, ya) que llevo con el cáncer, he cumplido escrupulosamente con todo lo que me han indicado los especialistas en oncología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

He soportado el dolor de varias biopsias de hígado.

He probado alternativas compatibles con los tratamientos que me aplicaban. Durante meses me he puesto en manos de la Unidad de Oncología Integrativa en la Ruber Internacional. Me han tratado con cúrcuma y vitamina C endovenosa de alta dosis, lo he intentado con ozono rectal.

He entregado mi cuerpo hecho pedazos, por si alguien tenía a bien devolvérmelo lo más parecido a como era antes.

He visto crecer mi pelo tres veces…

Si has llegado a escucharme hasta aquí, tú también lo habrás pensado:

<<Por supuesto que me han dado y me dan ganas de tirar la toalla para siempre>>

Pero la Ana de ayer no me verá rendirse. <<con desesperación, me tiro al suelo a recoger la misma toalla que yo he tirado>>

Y otra vez me canta Dani Martin 

Es vida lo que me das

Vida tu caminar

Vida que arrampla cobarde

Que lucha, que sueña y que perderás

…..

Y yo me dejo ser

Tan bonita es

 

  1. Amanece en Madrid

Llueve débilmente; esa misma lluvia fina que me daba la vida cuando al mirar al cielo caía alegremente sobre mí. Me encantaba… me encanta sentirla.

Sentada en el sofá veo las pequeñas gotas deslizarse por la ventana. Esta vez, no tienen color; tampoco se deslizan por ningún tubito.

12 grados marca la estación meteorológica

Estoy bien, no siento frio

He pedido cuidados paliativos, estoy convencida que en este momento pueden ayudarme a manejar los síntomas físicos y emocionales.

Sé que en paliativos pueden acompañar de muchas maneras, y no solo al final de la vida. Creo que estar con ellos no equivale a darse por vencida, sino lo contrario. <<Te ayudan a manejar tu dolor, aunque no estés en el final de la vida>>

Son personas con un trato diferente y cercano. 

Mi contacto con ellos ha sido, de alguna manera, liberador

Poder hablar con naturalidad de la capacidad de elegir.

 

Alex me sigue cuidando

Cuida mi cuerpo, que creo que también es una forma de cuidarse él mismo.

-Sentadillas, una, dos, tres… ¡venga Ana!

Pesas, aaarriba…aaabajo… ¡intenta Ana!

Excursiones al campo o la montaña. Lo que se pueda cada semana; lo que me permita mi delicado estado de salud.

Alex…mi Alex

- Qué duro se me hace hablar de esto Ana -me comenta

- Lo sé, cariño – pero sabes que me hace bien, lo necesito, te necesito.

- Sí Ana, es cierto – Es la realidad

- Cuando pones palabras a los sentimientos todo es más sencillo -continúa

- Y tú Ana, tienes un conocimiento de ti misma que te ayuda muchísimo. A veces el optimismo nos ciega y nos hace reprimir los sentimientos.

Alex me da aquello que no tiene precio. Que no valoramos nunca en su justa medida. A parte de su amor, me da su tiempo.

Nos abrazamos y lloramos juntos

Como el otro día lloramos cuando firmé el documento de voluntades anticipadas. Mi testamento vital.

<<Me gusta verlo desahogarse. Él no tiene por qué hacer el papel del fuerte. Me hace sentir bien sostener a Alex y no ser siempre yo la sostenida>>

 

  1. Hoy

Vivo en una realidad muy diferente al resto de mujeres de mi edad, no estoy pensando en tener un hijo, ni en cambiarme de trabajo, ni en cambiarme de casa. No puedo identificarme con ellas y me cuesta un trabajo enorme encontrar algún espacio en común. Y eso a veces…

  • Me genera aislamiento

No puedo evitar pensar que por qué a mí. <<Por qué tengo metástasis en el hígado si nunca bebí. Por qué en el pulmón si nunca fumé…>>

  • Reconozco que siento envidia de la vida de los otros

Por último, quiero hablaros con toda sinceridad:

No quiero un <<falso optimismo>> No quiero hablaros de que <<de todo se sale>> y que al final, la vida es de color de rosa.

No quiero haceros pensar que se puede vivir con metástasis y no estar en la mierda.

No quiero haceros creer que soy una guerrera y que lucharé hasta el final como una heroína.

Todo esto conduce a una espiral de autoexigencia que llega a ser insoportable.

Estoy cansada de la quimio y de toda esta mierda

<<Nunca me habría imaginado que esto llegaría a ser tan difícil>>

Me llamo Ana…

Os doy las gracias de corazón, por haberme escuchado. Por haber dedicado un poco de vuestro tiempo a compartir mis miserias.

Sé que con ello soy un poco egoísta, pero no imagináis cuanto bien me hace.

Aunque no lo sepáis… os llevaré en mi corazón

Hasta siempre

 

Y de fondo sonaba Dani Martin 

Solo queda mi lamento
Y decir: "te quiero de verdad"
Solo queda que aún te siento
Y que siempre te voy a recordar

Me muero si no estás
Y ya no estás
Te pierdo y te me vas
Te fuiste ya

 

En Madrid octubre del 2022

 

Nota accesoria:

  1. Cuidados paliativos

Otro final es posible.

En España, cada año mueren 80.000 personas sin poder acceder a cuidados paliativos.

En el mundo, y no solo en España, vivimos como si la muerte no existiera, como si la muerte fuera a sucederle solo a los demás, o que solo fuese a llegar cuando seamos viejos. Todo esto supone que vivamos de espaldas a la muerte y, por lo tanto, de espaldas a la vida.

Si vivimos de espaldas a la muerte, si no hacemos alguna vez una reflexión profunda sobre ella, moriremos mal. No sabremos tomar decisiones, no sabremos lo que de verdad es importante.

Los expertos nos dicen, que no debemos relacionar los paliativos con morirse ya mismo. Pueden pasar incluso años en esa situación, y este servicio puede hacer, de lo que nos quede de vida, algo mucho más llevadero.

Hay que trabajar en el apoyo espiritual, psicológico y familiar; huir del trato paternalista. Las personas lo somos, hasta el final.

¨Pues yo te diré lo que pienso: creo que es más valeroso el que se haya próximo a la muerte. Porque la muerte ya presente, hasta al rústico presta una especie de valor para no intentar evitar lo inevitable. Así, el gladiador más atemorizado durante la lucha presenta el cuello al adversario y dirige la espada que torpemente no acierta. Pero cuando la muerte se nos va acercando y ciertamente tiene que llegar, exige una firmeza tenaz, cosa mucho más rara y que solo puede pedirse del sabio”

Extracto de Cartas a Lucilio

Séneca

Otra Nota que destacar: El cáncer de mama detectado a tiempo tiene un 95% de probabilidad de cura

                           

                                          16.

 

                                   CONFIA EN TI

CONCLUSIONES

Es importante reconocer que confiar en uno mismo no significa ser arrogante o ignorar la ayuda y el apoyo de los demás. Por el contrario, es saber que tenemos la capacidad y la fuerza para enfrentar los desafíos que se nos presentan, y buscar la ayuda necesaria cuando la necesitamos. La confianza en uno mismo es un elemento clave en la realización personal, en el logro de nuestras metas y en la superación de los obstáculos que se nos presentan en la vida. No debemos subestimarnos ni dudar de nuestras capacidades, sino más bien trabajar en nuestra autoestima y aprender a confiar en nuestras habilidades y talentos. Con una actitud positiva y perseverancia, podemos alcanzar todo lo que nos proponemos y ser la mejor versión de nosotros mismos.

Estoy plenamente convencido que una gran mayoría de personas, tienen la capacidad suficiente para lograr una vida plena, una vida en la que pueden conseguir casi cualquier cosa que se propongan. Personas que además, pueden influir y aportar muchísimas cosas positivas, tanto a su entorno más cercano como al resto de la sociedad.

Con más o menos esfuerzo, con más o menos dedicación, todos lo podemos conseguir. Y una cosa que considero fundamental para conseguir los objetivos en la vida, es tener confianza en nosotros mismos.

Confiar también es una sensación y un estado de ánimo.

Confiar. Quizá podamos definirla como: “Dar esperanza a alguien para que consiga sus objetivos” “Depositar en alguien, sin más garantía que el conocimiento y la fe, cualquier cosa que tengamos o pongamos en valor”

Si damos por bueno que estas cualidades son las que definen bien la confianza que depositamos en los demás:

¿Por qué nos cuesta tanto aplicarlas en nosotros mismos?

Existen cuatro palabras que forman una frase que para mí es la clave. Me encantaría que esta máxima la tuviéramos presente en cada momento, que fuera el encabezamiento de nuestra forma de pensar, el emoticono más usado de nuestro móvil o, como ahora se lleva, nos la tatuáramos con tinta indeleble. Es fuerte, es potente: - “yo confío en ti”-

Entonces, tener confianza ¿garantiza la felicidad, el éxito y poder conseguir las cosas que nos propongamos? Rotundamente: No

Lo que nos garantiza esa confianza es que ejerciendo nuestra libertad de poder elegir, pongamos la atención y  voluntad en todo lo positivo y de valor que va intrínseco a nosotros, siendo el principal punto de apoyo de nuestra vida.

Considero que valor es todo aquello que nos perfecciona como seres humanos.

Repasemos mentalmente esos valores que llevamos interiorizados. Ya los hemos visto y los conoces: “ponlos en valor”, valga la redundancia. Y si las cosas no suceden, tenemos que provocarlas.

No esperemos que nadie nos diga que valemos o no valemos para una u otra cosa, o que nunca alcanzaremos algo por mucho que nos esforcemos. ¿Podemos ser capaces y conseguir metas a priori fuera de nuestro alcance? Rotundamente: Si

Si queremos aspirar a transformar nuestra vida o la vida de otras personas, te sugiero que utilices esa confianza sin ningún tipo de miedo. Lamentablemente esa palabra (confianza), la oímos o la decimos muy poco; al contrario, creo que es más usual escuchar aquello de: - lo más probable es que no lo consigas, no vas a ser capaz, lo más seguro es que así no vas a llegar a ninguna parte, la verdad es que te falta iniciativa, no tienes las suficientes agallas para hacerlo…- en fin, toda esa retahíla que nos llena de negatividad.

Lo normal es que abandonemos cuando nos topemos con el primer muro y nos pongamos excusas como -Tampoco es tan necesario. Es muy difícil de conseguir. Ya soy mayor para esto. Quien me mandaría…-

Ya sabemos que, cualquier cosa que nos saque de nuestra tan considerada y querida “zona de confort” provocará un tsunami en nuestras emociones y nuestros pensamientos.

Toda decisión conlleva un riesgo, es el peaje que nos cobra la vida. Cada vez que decidimos, tomamos la medida de como la confianza en nosotros es la confianza que tenemos en la vida. Ya sabes: - “arriesgarse, ganar, perder, caer, levantarse…” – no son sinónimos, pero es la hoja de ruta de nuestras decisiones y nuestra vida.

 

Vivimos en una sociedad tan competitiva que incluso para ir a la cárcel tienes que superar un casting”

J.L. Alvite 

Hay que derribar los muros a base de nuestros valores, nuestra experiencia y nuestras ganas de conseguir cosas. No abandonemos en cuanto nos topemos con el primer obstáculo que nos salga al paso. Busquemos esas microgrietas que todo muro tiene e intentemos derribarlo.

Quizás ahora estés escuchando en tu interior esa vocecilla que te dice:         -¡qué iluso!, se cree que lo va a conseguir con solo esas palabras que están destinadas a animarnos- ¡lo lleva claro!

Ya sé que no son la panacea y que nada resulta sencillo, pero en verdad ¿Estoy convencido que podemos y valemos lo suficiente para conseguirlo? Sinceramente: Creo que sí.

Reflexiona sobre qué palancas que son necesarias para impulsarnos, y sobre todo ¿qué es lo que me está limitando?

Una de las principales creencias que nos limitan es pensar que estamos en un mundo hostil. Estamos a la defensiva de forma permanente. Pensamos que lo que hagamos va a ser prejuzgado, juzgado y posteriormente condenado sin ninguna consideración. Y puede que sea así, pero no siempre lo es. En muchas ocasiones, el mundo real es más benevolente contigo que tú mismo. Por lo que sea, decidimos unitariamente que no somos capaces, y en la mayoría de las ocasiones desconocemos que nuestros juicios y nuestra perspectiva de situación, no son la realidad.

Muchas veces la vida no es difícil, la hacemos difícil nosotros.

 

Conocerse así mismo es la principal y más difícil asignatura de la vida. Llevo toda la vida opositando para conocerme y siempre me sorprendo con algo nuevo y diferente. Suelo decir: - “no me conozco a mí mismo, como para conocer a los demás”- y lo cierto es que, si nos paramos a pensar un poco, es más probable que lleguemos a conocer en profundidad más a otra persona que a nosotros. 

A grandes rasgos, no dudamos en reconocer ciertas características de nuestra personalidad: - somos algo tímidos, más bien extrovertidos, somos parcos en palabras, nos gusta hablar por los codos, tendemos a ser pesimistas, hipocondriacos, optimistas por naturaleza, reflexivos, impulsivos, …etc. –

Como hemos visto hasta ahora, nosotros mismos y por ende, nuestra personalidad, se ven sometidos a extraordinarias fuerzas externas que son generadoras de tensiones y conflictos. Esos factores externos son productores incansables de estrés y disparan sin miramiento hacia nosotros, (hacia esos rasgos de personalidad) pillándonos en muchas ocasiones a pecho descubierto y sin un chaleco antibalas que llevarse al cuerpo.

Y es ahí donde tenemos que echar mano de todas las herramientas posibles -algunas de las que hemos visto y todas las que consideres te hagan falta- para salir ilesos, o en todo caso, con heridas leves, de todos esos proyectiles que la vida te lanza.

Y es ahí donde entra en juego la principal y más importante de las herramientas: la confianza en ti.

Creo también que confiar en nosotros es tener la convicción de que no debemos depender siempre de la aprobación de los demás, eso sí, sin llegar a caer en un exceso de confianza que pudiera hacer anidar en ti algo parecido a la arrogancia y la soberbia. 

Tienes a un ejército de “haters” esperando que resbales o caigas. El estrés, la ansiedad, el sentimiento de culpa: - seguro que es por mi culpa, por qué lo tuve que hacer, le hablé mal a mi jefe, a mi pareja, a  mis padres, a mi amigo, a mi colaborador…, no debería haberme metido en la hipoteca, para qué me compré ese coche, me he pasado comiendo, no he ido al gimnasio…- A veces parece que todo se confabula en tu contra, y es cierto que en ocasiones los astros se alinean, pero también es cierto que, como también hemos visto, todo es relativo; depende mucho de la perspectiva con que veamos las cosas y además, cuando todo parezca ir mal, recuerda aquello de que… “todos los días sale el sol” , “mañana será otro día” o “no hay mal que cien años dure”…. El refranero español da para todo ¿verdad? 

Llegado el caso, considero que tampoco es necesario desear desquitarse o sentir la tentación de hacer “tragar sus palabras” a nadie cuando hayas conseguido aquello que algunos consideraban que no ibas a ser capaz de lograr. El valor más importante que sacar de cada triunfo y de cada logro conseguido es poner en alza nuestra autoestima, y evitar que esos pensamientos negativos de los que antes hemos hablado circulen lo menos posible por la autopista de nuestro cerebro.

Los logros conseguidos los considero también un éxito de nuestro instinto de supervivencia y de nuestro valor de confianza, y la confirmación de lo efectivo que puede resultar el no creer nunca en esas frases “toxicas” que intentan “ningunearnos” y que tanto daño pueden llegar a hacernos. 

Hemos de darnos por satisfechos por haber sido capaces de utilizar nuestra herramienta de confianza para usarla de palanca y de haber conseguido con ella el objetivo que nos habíamos propuesto. Creo sinceramente, que entonces, la victoria y lo conseguido será mucho más reconfortante.

La confianza está en tus valores y por lo tanto dentro de ti. 

Sigamos rescatando nuestros valores

Hay veces que nos perdemos en pensamientos negativos, o en pensar que los tiempos pasados fueron mejores que los que vives hoy. Tenemos una ansiedad desmedida de cosas que pensamos nos harán más felices (un coche, un viaje, una casa, una tele nueva, un trabajo nuevo), y debemos saber que la búsqueda de esas sensaciones resta protagonismo a lo que de verdad importa de la vida.

La esencia de la felicidad no es el tener sino el ser.

Lo cierto es que, como ya hemos visto, aun confiando en nosotros, necesitamos de alguien que pueda guiarnos a encontrar un camino que en ocasiones se nos vuelve demasiado sinuoso: -si lo eliges bien, te ayudará a seguir confiando en ti-.

También puede ayudarnos el volver una y otra vez a esos valores que tenemos marcados en negrita en nuestra lista. No los perdamos de vista, son la esencia de nuestra personalidad.  

Pero el camino no es sencillo…

Como también hemos visto, estamos rodeados de estímulos que son santo y seña de una sociedad que rinde culto al instante -al móvil, Twitter. Facebook, Instagram, ticktock…- que son extraordinarios si lo utilizamos bien, pero también pueden llegar a ser todo lo contrario: herramientas de desestabilización personal. 

La tendencia es a idealizar nuestra vida en las redes,  pero da por seguro que todos libramos batallas internas que no publicamos. Debemos aprender a usar las redes sociales con moderación y de la forma más consciente posible. También es necesario tener en cuenta que los algoritmos están al acecho de todo lo que hacemos y publicamos.

Si somos “hooligans” de nuestra confianza, habremos recorrido un buen trecho del camino en la dirección correcta. Esto no nos garantiza nada, pues hay factores de riesgo a los que ninguno somos inmunes, pero siempre es un buen punto de partida y de apoyo.

Y recuerda que la valentía no es la ausencia de miedo.

 

Tiempo presente

El pensar en recuerdos con gran carga emocional positiva, puede servirte de punto de apoyo para superar adversidades, sin embargo, no vivas anclado en el pasado de tal forma que te impida vivir el presente; eso llega a producir una melancolía crónica que pueda derivar en una depresión. La depresión es la enfermedad del siglo XXI, es la enfermedad de la tristeza, del túnel sin salida, del… para qué sirve la vida que llevo. Una enfermedad que te deja sin argumentos, sin ganas de ver las cosas de otra forma, sin energía, sin vida. Una enfermedad devastadora y difícil de superar. Y ninguno estamos vacunados contra ella.

No vivas con ansiedad el futuro, ilusiónate con él, pero no quieras que llegue antes de tiempo ni le des más vueltas de las necesarias a pensar en lo que va a venir. Esto te llega a producir ansiedad, produce miedo, incertidumbre y bloqueo emocional.

Vive el momento, presta atención y si puedes, reflexiona sobre ello. 

¿Quiénes somos?

Pensando en nuestros rasgos de personalidad así como en los sesgos que llevamos pegados como lapas, os recuerdo la necesidad de ir trabajando sobre cómo mejorar y optimizar aquellos rasgos de personalidad que van intrínsecos a nosotros e intentar minimizar las consecuencias (influyen y mediatizan) que sin darnos cuenta, los sesgos negativos nos producen.

Luchemos contra esos sesgos cognitivos que dan respuesta inmediata filtrando la información que tenemos de una forma subjetiva. 

La ilusión de grupo, la observación selectiva, la autojustificación, la atribución, el efecto halo... son ejemplos de sesgos que pueden anidar en nosotros sin que le  hayamos dado permiso.

Continuando con nuestros rasgos de personalidad, uno a lo que debemos prestar especial atención es a cómo respondemos ante determinados estímulos. Ponte como ejemplo, aquella explosión emocional negativa que tuviste con una determinada persona. Si hubieras conseguido darte cuenta de la situación, aunque fuera un segundo antes, estarías en el buen camino. No obstante, también está el recurso de pedir perdón. Estoy convencido que esta petición beneficia más al que pide que a la otra persona.

Soy consciente que resulta fácil decirlo y mucho más difícil el hacerlo. Pero ya sabes que esto también se trabaja. Confiemos en nosotros.

Cada pensamiento, genera un cambio y un impacto en ti, debemos de educar o reeducar nuestro pensamiento y nuestra forma de reaccionar a los estímulos. Insisto, sé que no es fácil, y no lo es por los automatismos adquiridos y por los que vienen de "serie" con nosotros. Pero podemos cambiarlos o mejorarlos.

Seamos protagonistas de nuestra vida, de aquello que nos pasa-“soltemos el piloto automático”

No te cortes, piensa y sueña a lo grande, pero actúa a diario en las cosas pequeñas. Con seguridad, eso te hará crecer.

Que no te venza la rutina; una de las mayores causas de la falta de ilusión y creatividad. Lucha contra ella; es la telonera de la pereza, la desidia y el conformismo.

Identifica tus emociones, no las anules. Di lo que piensas, pero hazlo sin herir. Intenta empatizar y consensuar cuando sea posible.

No tengamos miedo a perder el control. La seguridad absoluta no existe. 

No podemos controlarlo todo, igual que no podemos hacerlo todo. No caigamos en el síndrome del eterno insatisfecho. Lo importante es saber encontrar las causas y poner límites adecuados a nuestras acciones.

 

Por hacer un resumen, he aquí un decálogo en forma de lista para ir a la “compra” de confianza. Puede valer cualquier otro. Este es el mío:

 

 

 

                                       Decálogo de la confianza

  1. - Date tiempo y entrena la confianza.

 

  1. - Escúchate más a menudo.  Presta atención a tus sentimientos y emociones, aprende a educarlos y valorarlos.

 

 

  1. - Saca conclusiones de tus experiencias negativas y aprende de ellas.

 

  1. - Piensa en tus experiencias positivas, seguro que las hay. ¡Ese el camino!

 

  1. - Aprende de los mejores, aunque lo que cuenta es nuestra experiencia, no únicamente la de los demás.

 

 

  1. - No tengas miedo y disfruta del camino. La prudencia es necesaria, el miedo paraliza.

 

  1. – La experiencia te dice que sigas tu intuición, ¡Hazlo!... ya sabes que normalmente acierta. 

 

 

  1. - Muchas veces no es decisión, es elección, y muchas veces solo basta con aplicar el sentido común. No le des más vueltas.

 

  1. - Si has puesto todo tu corazón y tu confianza, no es tan importante la diferencia entre conseguir y no conseguir.

 

 

  1. - Piensa que la historia de las personas con gran confianza y que tienen éxito, suele estar llena de fracasos superados.

 

  • Fuera del decálogo:

Y pase lo que pase….

-Nunca dejes de confiar en ti.

 

“Si haces algo, jamás pidas nada a cambio cuando lo hagas por convencimiento, por hacer el bien o por ayudar.”          

López Molina

 

 

 

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