Un blog de Miguel Ángel López Molina miguel@ylogica.com
"Cada día, la vida te expone a juicios sumarísimos donde tu abogado de oficio brilla por su ausencia. Tanto que de tu defensa ha de hacerse cargo el fiscal, como si el destino disfrutara poniéndote en situaciones en las que te obliga a confiar en tu peor enemigo".
Miguel A. López
Ah, la ansiedad, esa dulce melodía que, como un triste bolero desafinado, nos susurra al oído: "¡Pánico, amigo mío! ¡Pánico!"…
Asomado a la ventana, escuché a mi vieja amiga Experiencia: "¿Qué importa si tu jefe te ha echado una bronca hoy? ¿Qué importa si tus finanzas están un poco ajustadas esta semana? ¿Qué importa si tienes una discusión con un ser querido? ¿Qué importa…? Apenas son una pequeña mota de polvo en el universo.
Y, mientras lo dice, todo se resume en una sola pregunta:
"¿Importará dentro de un año?"
Un año. ¿Cómo puedo pensar en un año cuando mi corazón late al ritmo frenético de cada minuto que pasa?
Pero la experiencia lo sabe. Reconoce en el tiempo a ese bromista cruel, que se burla de nosotros con su eternidad aparente y su fugacidad real.
"¿No crees que el estrés no es más que una exageración del presente y una subestimación del futuro?", me dice. "Es como preocuparse por un grano de arena en medio del desierto”
Con mi mente aturdida por mil preocupaciones y mi voluntad enredada en apretados nudos, creo que empiezo a comprender: “La perspectiva es un regalo, es un prismático que nos permite ver más allá de las pequeñeces del día a día”.
En este mundo vertiginoso, donde la presión y la incertidumbre nos acosan como mosquitos hambrientos, la experiencia resuena como una sinfonía dentro de una impersonal nave de Amazon. Nos recuerda que la vida es una montaña rusa de altibajos, y que nuestra verdadera fortaleza se encuentra en la capacidad de mantener la cabeza en alto incluso cuando el viento sopla en contra.
Así que, querido amigo, la próxima vez que sientas que el peso del mundo descansa sobre tus hombros, detente un momento, asómate a la ventana y pregúntate a ti mismo:
¿Importará dentro de un año?
Y cuando te des cuenta de que la respuesta es probablemente "no", respira profundo, sigue adelante y recuerda que, dentro de un año, lo que hoy te agobia probablemente ni siquiera será un recuerdo digno de mención.
"Porque la vida, al final, es demasiado corta para perderla en trivialidades".
Miguel Ángel López Molina
12/04/2024
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