Por mucho que Doc se esfuerza en explicarme cómo funciona el condensador de flujo, no logro entender cómo manejar la máquina ni encontrar la clave para viajar al pasado. Si pudiera viajar, tendría muchas cosas que cambiar, pero tal vez sea mejor abandonar la idea porque podría empeorar las cosas en lugar de mejorarlas.

En realidad, y salvo que me haya perdido algo últimamente, sólo podemos retroceder en el tiempo con el pensamiento. Creedme, es una gran ventaja, aunque también es una fuente de frustración y miseria para nuestra existencia.

Pensar en el pasado y en lo que pudo haber sido y no fue, en las oportunidades perdidas y en los "que hubiera pasado si..." que nunca se respondieron, no sólo nos deja vacíos por dentro, sino que también lanza dagas heladas en la mente y el corazón. Nos hacemos preguntas sin respuesta, recordamos amistades perdidas, corazones rotos, oportunidades perdidas y las cosas que debimos haber hecho pero nunca hicimos.

Pero ¿de qué nos sirve retroceder en el tiempo? Sin duda, volveríamos a cometer los mismos o similares errores. Tendríamos las mismas ilusiones, que de nuevo la vida se encargaría de dar o quitar según su voluntad, los mismos amores y desilusiones, tal vez con otras personas o en circunstancias distintas, pero con el mismo resultado. La vida es un círculo vicioso en el que millones de personas giran en el tiempo con destinos similares y un final igual, pero depende de nosotros cómo lo recorremos y como cerramos ese círculo. círculo

Si miramos hacia atrás, vemos que la vida es una continuidad de ciclos que debemos cumplir. Las circunstancias y el entorno pueden cambiar, pero repetimos patrones una y otra vez porque está en nuestra naturaleza humana. Aunque hoy en día vemos a adolescentes con móviles, que escriben sus historias en redes sociales en lugar de diarios escritos a mano, se siguen enfrentando a desafíos similares a los de generaciones anteriores. Y lo mismo que hicimos ayer, también tendrán que prepararse para superar los obstáculos de la vida con valentía y determinación.

No debemos mirar atrás y esperar que la vida nos devuelva lo que hemos perdido. El amor que damos no siempre será devuelto, igual que a veces no podemos corresponder al amor que nos ofrecen. La vida es como una serie de puertas que se abren y se cierran, y el pasado solo nos permite recordar lo que dejamos detrás de esas puertas cerradas.

Debemos continuar, porque siempre debemos dar una oportunidad al presente y al futuro, incluso cuando parece que nada volverá a ser como antes.

El pasado debe ser recordado por las cosas hermosas que vivimos y por las personas que amamos y ya no están. También debemos utilizar el pasado como una herramienta de aprendizaje, una guía para no cometer los mismos errores que cometimos en el pasado, aunque no sepamos exactamente por qué los cometimos.

Cómo dije al principio, el futuro siempre estará lleno de incertidumbre, pero nuestra actitud y nuestras acciones serán determinantes para encontrar el camino.

M.A. López Molina

12/05/2023