Un blog de Miguel Ángel López Molina miguel@ylogica.com
"Los lugares no nos esperan, porque nunca fueron nuestros; solo nos prestaron un instante para creerlo."
Miguel A. López
No hice caso a Sabina y volví al lugar donde fui feliz.
No sé si alguna vez has vuelto a ese lugar que te perteneció. Regresar no es solo pisar un sitio, es buscar en él la sombra de lo que fuimos. Caminé por mi viejo barrio con la absurda esperanza de encontrarlo intacto, de que me reconociera. Pero los lugares no esperan. Cambian, olvidan, siguen sin ti.
Las calles que fueron mías ahora tenían otro color, otra vida. Donde reí, otros reían sin saber que alguna vez estuve allí. Me detuve en la plaza de siempre, pero ya no era la misma: los bancos eran testigos de nuevas historias y las sombras caían sobre desconocidos. Busqué en un escaparate al joven que fui, esperando hallarlo en el reflejo. Pero no había nadie.
Comprendí que nada es nuestro para siempre. Que todo lo que amamos será reclamado por otros, y ellos, a su vez, también lo perderán. No es una derrota, es un regalo: si nada nos pertenece, cada instante es un tesoro prestado de un valor incalculable.
Me fui sin mirar atrás, y mientras caminaba, supe que ese lugar ya no era mío. Pero, a la vez, también supe que nunca dejó de serlo, porque mientras yo lo recordara, seguiría existiendo en mí.
Miguel Ángel López Molina
07/03/2025
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